Espectáculos

Davis y Sarandon celebran 30 años Thelma & Louise

NUEVA YORK- Treinta años después de haberse lanzado con el auto a un precipicio, Thelma & Louise, alias Geena Davis y Susan Sarandon, se reúnen nuevamente para celebrar el trigésimo aniversario del film de culto dirigido por Ridley Scott.

La cita será el 18 de junio en un cine de Los Angeles, para evocar a la película ganadora del Oscar al Mejor Guion en 1992.

"Thelma & Louise", que se estrenó en 1991, también sirvió para lanzar la carrera del entonces desconocido Brad Pitt, en el papel de J.D.

Las dos actrices, que a lo largo del tiempo siguieron siendo amigas en la vida real, recordarán los momentos más significativos del film, así como sus entretelones, en la proyección especial prevista en un autocine de Los Angeles.

"Thelma & Louise" será proyectado al atardecer y el público revivirá las aventuras de las dos mujeres que para evadir la rutina diaria se encuentran en plena huida y sin dinero.

"Cuando hace 30 años rodamos 'Thelma & Louise' -dijo Sarandon- no teníamos idea de que ese tipo de impacto cultural duraría durante años. En la época era revolucionario tener una película con dos mujeres sin ser enemigas y nosotras nos divertíamos en la pantalla".

"Creo que fue uno de los giros más grandes. Hoy hay muchas actrices brillantes que hacen películas donde las mujeres no son adversarias y tienen el poder de decidir su destino", agregó.

La película, un auténtico manifiesto sobre la amistad femenina, inicialmente debía ser interpretada por Michelle Pfeiffer y Jodie Foster, en tanto para J.D. se consideró también a George Clooney.

Además la escena del beso de adiós entre Thelma & Louise no estaba presente en el guion y fue una idea de Sarandon.

Scott, abierto a las improvisionaciones, abandonó entonces el guion, según el cual Thelma sobrevivía y Louise era la única víctima.

"Filmamos el final de la película literalmente de una sola vez -recordó Sarandon-. Habíamos pasado todo el día rodando escenas en helicóptero y todas las otras cosas que debían ocurrir el último día. Solo teníamos una toma y le dije a Ridley 'la tomo y la beso' y él dijo 'ok'".

Esa escena se convirtió en uno de los finales de películas más memorables de siempre.

Desde 2016, la película está en el National Film Registry por su valor cultural e histórico, y como tal debe ser preservado.