27/Apr/2024
Editoriales

Don Jesús Reyes Heroles en la memoria

El 19 de Marzo de 1985 el licenciado Jesús Reyes Heroles entró en la eternidad. A 39 años de su desaparición física, le recordamos como el distinguido mexicano que fue.

 En un entorno político electoral como el actual, donde la ideología parece haber perdido la batalla con el pragmatismo; donde la militancia cede ante la mezquindad de los intereses personalistas; donde las convicciones se abandonan con facilidad y parece premiarse la defección y el transfuguismo, recordar a Reyes Heroles es un tema ineludible, en particular por el ejercicio de la autocrítica, tan abandonado en nuestros tiempos.

 El 4 de Marzo de 1973, en el 44 aniversario del PRI, don Jesús, se refiere a la necesidad de luchar “contra excrecencias adulteradoras de la naturaleza misma dé lo que debe ser el partido revolucionario de los mexicanos”.

 Reseña entonces algunas de las “enfermedades”, que en el actual entorno podrían ser aplicadas a todos los partidos y en principio dice: hay quienes que "en lugar de atraer, de sumar, restan, excluyen, cayendo en un chocante exclusivismo partidista". 

 Señala que cierto pragmatismo es necesario en cualquier partido político, pero un pragmatismo que sólo busque lo fácil, lo que no engendre resistencias, que aspire a conformar a todos sin satisfacer a nadie, “se convierte en un simple y puro oportunismo”.

 Asimismo dice “Todo partido requiere de idealismo, de tener ciertos grandes objetivos; pero si ignora la realidad, si quiere encajar los hechos en las ideas que profesa, a más de caer en un trivial esquematismo, incurre en un pecado político imperdonable: el del dogmatismo”.

 “Si el pragmatismo se impone sobre toda preocupación ideológica, se cae en el oportunismo; si el idealismo se impone sobre toda preocupación práctica, se puede arribar al dogmatismo”.
 


 Luego añade: Otra de las "enfermedades, que no sólo hay que diagnosticar, sino curar, es el 'seguidismo': cuando alguien apunta en política, seguirlo, rodearlo, suplantar los principios e idolatrar, temporalmente -muy temporalmente por cierto-, a las personas de éxito político. El seguidismo es fruto y estímulo del oportunismo”.

 También “debemos mantenemos al margen del sectarismo frío, dogmático e intransigente y del oportunismo acomodaticio y dispuesto a todo con tal de ganar. En tanto estemos más allá del dogmatismo y no nos deslicemos hacia el oportunismo, podremos seguir contando con principios válidos y con la indispensable flexibilidad para entender nuevas situaciones y para buscar nuevas soluciones a los problemas”.

 Por otra parte menciona que “hay quienes practican o tratan de practicar, el nepotismo. Algunos piensan sinceramente que sólo sus parientes son capaces de desempeñar ciertas funciones y los designan. Quienes sinceramente lo creen tienen un círculo de acción muy reducido y un mirador muy estrecho. No es que no haya hombres, es que no ven más allá del minúsculo círculo familiar”.

 “Otros, en cambio, simulan creer en ello, creer en la insustituibilidad de los parientes. Si los primeros son miopes, los segundos carecen de normas ideológicas y de normas de conducta, e incurren en deslealtad a los principios”.


 “Lindando con el nepotismo se encuentra el "cuatismo" o "amiguismo". Son los que para todas las funciones piensan en los amigos, en los "cuates", que en algunos casos resultan cómplices”.

 “Cuando la amistad es el vínculo, se llama "cuatismo", cuando la complicidad es lo que une, estamos frente a las camarillas, es el "camarillismo". El "camarillisrno" cae en la esfera del derecho penal y esto no debe olvidarse”.

 También hay quienes "practican lo que ellos creen es política, simple y sencillamente para satisfacer apetitos menores: riqueza, fama, o lo que erróneamente, consideran prestigio, como si el prestigio se obtuviera de inmediato en una actividad expuesta, como pocas, a la difamación y a la calumnia. Quienes pertenecen a esta categoría, cuando tienen un puesto de elección popular o de designación, hablan de haber llegado, ¡Como si en el ejercicio de esta actividad, de la actividad política, se pudiera llegar a solazarse de haber ascendido al punto más alto de la montaña! En política nunca se llega: se sirve a la colectividad o no se sirve. Se sirve en primera línea, en segunda o en tercera, o se puede estar en cualquiera de estas líneas y no servir y, por consiguiente, no ser político. Los que creen que en política se llega, cuando consideran que han llegado, se regodean con los gajes y quieren los fletes sin la carga.”

 Estos trepadores y arribistas ejercen en grado sumo el "influyentismo": para lo que ellos llaman llegar necesitan influencia y para tener influencia necesitan colocar "cuates", amigos o subordinados, para así -piensan ellos- realizar el "Yo te asciendo para que tú me sirvas en mi ascenso; te apoyo para que tú me apoyes".

 No faltan “los que para ascender de buena fe, con afán de servicio o como simples trepadores, caen en el pecado de la barata retórica: el lenguaje loresco, la repetición más que la reiteración y, más de palabras que de ideas, la insistencia en conceptos expresados por otros y tomados como simples recetas; esgrimir razones sin razón, decir palabras sin sentido; la demagogia de pintar todo de color de rosa o de exagerar los males, claro, antes de asumir las responsabilidades, para culpar a los anteriores; asustar innecesariamente en busca de un aplauso; alabar y echar incienso.”

 “Junto a ellos, los sabihondos, es decir, aquellos que, pretendiendo deslumbrar, emplean un lenguaje esotérico, buscan "apantallar" y no persuadir, cuando en la política lo importante es convencer, persuadir, no impresionar, lo difícil es aprender el lenguaje de un pueblo y no la terminología de malos textos.”

 Concluye diciendo que “un partido que tiene la capacidad para reconocer sus males, al hacerlo, da pasos muy importantes para su remedio, para su eliminación". Revisar los textos de Reyes Heroles ayuda a reflexionar a fondo sobre el ambiente político de nuestra época y de nuestro entorno.

  A 39 años de su ausencia física, releer a don Jesús mueve a la reflexión y puede ayudar a mejorar la actuación política y la institucionalidad en nuestro tiempo...

 

          Monterrey, marzo 19 de 2024