No se cansa uno de asombrarse ante los cambios de personalidad de los exitosos. 

Cierto que es difícil sustraerse al vértigo del triunfo y en automático comienza el exitoso a elevarse vanamente; eso es normal, pero hay límites, pues en demasía representa un peligro para él mismo.

Las alas permiten volar -como los pájaros- a quienes se tienen fé; pero esto conlleva riesgos, pues quien vuela es proclive a sufrir un estrellamiento con entes superiores. 

Todos conocemos a personas que al triunfar pierden el piso para colocarse al nuevo nivel que suponen tener ... y la mayor parte de las veces, terminamos perdiéndolas. 

Si me está siguiendo, es probable que usted crea que me refiero a los políticos, pero no sólo se trata de exitosos en ese aspecto, sino en todos: económicos, sociales, deportivos y artísticos.

El ejemplo más claro que recuerdo fueron Los Beatles que en otoño de 1963 gozaban de una fenomenal popularidad; eran un fenómeno IMPARABLE.

Estos cuatro muchachos se sentían capaces de hacer cualquier cosa, y disfrutaban mostrándoselo al mundo. Habían tenido un exitazo en la ciudad de Bournemouth, en Dorset, y a sabiendas que tenían una cita con Terence Spencer, el fotógrafo de la Revista Life, quien había tratado el asunto con Brian Epstein, el representante de ellos, no fueron. 

El cuarteto de Liverpool aparecería en la portada en febrero de 1964, como producto del cabildeo y largas negociaciones entre quien los había hecho crecer (Epstein) y los directivos de la Revista. 

Pero los cuatro famosos -John, Paul, George y Ringo- ya habían perdido piso y lo mandaron por un tubo, al no asistir a la sesión fotográfica. 

Perdieron piso Los Beatles, y quien salió ganando con su actitud fue la Geraldine Chaplin, quien ocupó la portada de esa revista.

Es claro que ellos continuaron escalando su carrera porque eran geniales, pero también siguieron perdiendo piso y todos, al menos John y Paul, querían brillar más que George y Ringo, lo que terminó en que el grupo se desbaratara.

Hoy está a la venta su canción Now and Then (de vez en cuando), autoría de John, que se grabó a finales de los años setenta, pero que la separación, y la muerte de John y de George habían hecho que Yoko Ono la guardara como un tesoro.

A donde voy es que si Los Beatles no hubieran perdido piso, tal vez habrían seguido juntos dándonos a sus seguidores más material que es oro molido.