28/Mar/2024
Editoriales

Los Grandes Gobernadores de Nuevo León. Francisco A. Cárdenas

Francisco Atenógenes Cárdenas Garza, nació en el municipio de Abasolo, Nuevo León el 16 de Julio de 1879. De próspera familia ganadera, estudió la educación primaria en su pueblo natal, y vino a Monterrey a estudiar en el Colegio Civil. Pero al estallar la Revolución Mexicana en 1910, su familia se fue a San Antonio, Texas en donde continuó sus estudios en el St. Mary's College, hasta graduarse de Ingeniero de Minas. 

Regresó a Nuevo León en 1913 para hacerse cargo del negocio familiar y desde Monterrey comerciaba sus productos de agricultura y ganadería. Sin embargo, la política lo encontró a él, pues ese mismo año aceptó postularse como alcalde primero suplente de Salinas Victoria, pensando que no desempeñaría el cargo, pero el titular Luis Medina renunció y del 31 de mayo al 11 de junio de 1913 ejerció el puesto. Sin embargo, el gobernador Salomé Botello impuso al huertista Gabriel de la Garza para que terminara el periodo y Cárdenas reaccionó yéndose a radicar a Laredo, Texas. 

Sus inicios en la política

Al término de la etapa violenta de la revolución, Cárdenas regresó y reconoció que ya le gustaba la política, así que se registró como candidato a alcalde de Salinas Victoria y fue electo por segunda vez, en el periodo 1921 - 1923. Su paso por la alcaldía le permitió vincularse con Aarón Sáenz, político de talla nacional. Y así, en 1926, fue diputado federal por el cuarto distrito electoral, que abarcaba los municipios de El Carmen, Abasolo, Hidalgo, Doctor González, Villaldama, Bustamante, Sabinas Hidalgo, Lampazos, Vallecillo, Anáhuac y Salinas Victoria. 

En 1929 fue Diputado Local en la LVIII legislatura, participando activamente en apoyo al gobernador Aarón Sáenz, estrechando su relación con él. Así que cuando AS trató de ser candidato a la presidencia de la República, Cárdenas era uno de sus más cercanos colaboradores y de los primeros en disciplinarse al decidir Calles que el candidato fuera el ingeniero Pascual Ortiz Rubio. 

Entre Aarón Sáenz y Plutarco Elías Calles lo impulsaron

Pero formar parte del grupo cercano a Sáenz le abrió la posibilidad de acceder a la candidatura del gobierno del estado. Porque se presentó una coyuntura en 1931 cuando el precandidato ingeniero Plutarco Elías Calles Chacón –hijo del ex presidente Plutarco Elías Calles- entendió que las condiciones imperantes en Nuevo León eran más favorables para un candidato cercano al empresariado. Así que entre Sáenz y Calles empujaron a Francisco A. Cárdenas a la candidatura del Partido Social Demócrata, aliado del Partido Nacional Revolucionario, recién fundado.

Su principal adversario fue el militar Anacleto Guerrero Guajardo, candidato del Partido Revolucionario de Nuevo León. El resultado electoral favoreció a Francisco A. Cárdenas, quien tomó posesión el 4 de octubre de 1931. Y desde su discurso en el acto oficial se advirtió que Cárdenas sabía a qué iba al Gobierno del Estado:     

“Buscaré que el gobierno esté siempre atento a facilitar cuanto se relacione con el desarrollo y florecimiento del estado. Que el trabajador del campo, el agricultor, el campesino encuentre fácil medio al desenvolvimiento útil de sus esfuerzos. Que el obrero halle todo el apoyo necesario para su bienestar. Y que el comercio, la industria, en una palabra, toda energía de trabajo, tenga siempre dentro de la ley, el estímulo y respaldo que son justamente acreedores. Daré todo mi estímulo al importantísimo ramo de la instrucción, tanto para los fines del mejoramiento del maestro como la protección ilimitada de la niñez y del elemento estudiantil de Nuevo León. Soy de los que creen que ningún sacrificio en estos terrenos es bastante y de que cuanto se haga por ese camino fortalece cada vez más los cimientos del edificio de las generaciones futuras”.

La Gran depresión norteamericana golpea a la economía mexicana

Sin embargo, el gobierno de Francisco A. Cárdenas coincidía con los efectos de la crisis de Wall Street de 1929, o “Gran depresión”. Los siguientes cinco años fueron dramáticos, no sólo para Estados Unidos, sino para el mundo, y desde luego, para México. Se redujeron las exportaciones a Norteamérica y se vino la repatriación de miles de compatriotas que trabajaban legal e ilegalmente en ese país vecino. Cárdenas se arremangó la camisa y se puso a trabajar en un “plan de recuperación” basado en el ahorro. Redujo los gastos hasta el mínimo nivel, reduciendo sueldos y suspendiendo las obras menos necesarias.

Su obra de gobierno

Cárdenas sabía que los latifundios y la falta de tierras para los campesinos no eran el principal problema, sino los medios de producción agrícola casi medievales que había en la entidad. Continuó con el proyecto de Aarón Sáenz de modernizar la irrigación, construyendo presas en Sabinas Hidalgo y Salinas Victoria. Multiplicó la distribución gratuita de instrumento agrícolas y se aplicó en la capacitación para mejorar la producción, implementando programas de fumigaciones de los árboles frutales.

Fundó la Escuela Normal Rural en Galeana, y varias escuelas rurales con educación técnica agraria. En 1932 inauguró sendas escuelas de ese tipo en Santiago, General Terán, Sabinas Hidalgo, Pesquería Chica, Doctor Arroyo y Galeana. En su segundo y último año de gobierno inició la construcción de otras en Villaldama, Cerralvo, Linares y Montemorelos. (El informe repite Sabinas Hidalgo, posiblemente por error).

Convirtió en obligatoria la pasteurización de la leche, y el costo de la maquinaria para este propósito fue cubierto entre los productores y el gobierno, lo cual incidió además de un incremento en la producción, en el mejoramiento de la salud de la población en general.

Convirtió la crisis en oportunidad

Cárdenas, sabedor que las crisis son oportunidades, y viendo que después de la Gran Depresión, se repatriaron a México 160 mil trabajadores, “se puso las pilas”. Algunos gobernadores del país se hicieron de la vista gorda dejando crecer sus estadísticas de desempleo y pobreza. Otros instalaron granjas comunitarias con resultados diversos. Mientras Francisco A. Cárdenas ocupó a los repatriados en las obras públicas. Así tuvo mano de obra calificada en la construcción de los caminos: Linares – Crucitas; Linares- Galeana, ramal San José de las Raíces; y Monterrey - Cerralvo - San Pedro de Roma (hoy Miguel Alemán), Tamaulipas, en el primer año. En el segundo, Linares - Doctor Arroyo; Linares – Galeana; y Crucitas – Iturbide - Galeana.

En la ciudad de Monterrey urbanizó 265 manzanas al norte de la ciudad en la zona de las calles 5 de mayo, Madero, Álvarez y la “zona poniente”. En colaboración con el Dr. Pedro de Alba creó la Universidad de Nuevo León, en 1933; presidiendo el Comité Organizador. La Universidad comenzó con cinco facultades: Medicina, Leyes, Ingeniería, Filosofía, Ciencias y Artes; y Química y Farmacia. Más cinco escuelas: la Normal, la Álvaro Obregón, la Pablo Livas, Enfermería y Obstetricia. La inscripción inicial fue de mil 220 alumnos. También publicó la Ley General de Educación Pública que contenía conceptos revolucionarios moderados.

Durante su informe de gobierno de 1932 presentó el plan de construir un nuevo Hospital Civil, y en 1933 inició los trabajos preliminares, con un proyecto completo con ingeniería de detalle, sus costos y tiempos de ejecución. Se trataba de uno de los hospitales - escuela más modernos y avanzados del mundo; además en su proyecto se pretendía que fuera gratuito para los pobres. Al mismo tiempo implementó fuertes campañas publicitarias para disminuir la mortandad infantil causada por los remedios, la automedicación y la desatención de los menores.

El inicio de sus problemas

Sin embargo, a mediados de 1933 la crisis económica ya había golpeado a la industria local, incrementándose los despidos. Ante la nueva Ley Federal del Trabajo, hubo problemas con los empresarios, y el gobernador Cárdenas estaba en medio del jaloneo político. Su calidad de político gobernante le obligaba a exigir el respeto a los derechos de los trabajadores, pero sus vínculos familiares y de amistad con el sector empresarial le pedía defender a los patrones, mermando su fuerza política. Y por si fuera poca la presión, el candidato a la presidencia, Lázaro Cárdenas, planteaba la implementación de la educación socialista que encrespaba los ánimos entre la iniciativa privada. 

La Sociedad de Padres de Familia demandaba su derecho de criar a sus hijos con libertad ideológica, pero muchos estudiantes de la recién creada Universidad de Nuevo León apoyaban el proyecto socialista, poniendo en serios aprietos al gobernador Francisco A. Cárdenas. Y si a todos estos conflictos le sumamos el hecho de que el candidato Lázaro Cárdenas del Río no estaba en los mejores términos con Plutarco Elías Calles y todos aquellos que tuvieran relación con él, pese a que el origen del gobernador Cárdenas era Aarón Sáenz y el obregonismo, finalmente su llegada al gobierno había sido en parte, obra de Plutarco Elías Calles Chacón. 

Los motivos de su renuncia

El conflicto laboral que pocos años después (1936) terminaría en fuerte desencuentro entre trabajadores y patrones, y la implementación de la educación socialista, orilló a que el ingeniero Francisco Atenógenes Cárdenas Garza renunciara el 27 de diciembre de 1933.

Se regresó a la vida empresarial hasta que, en 1940, relegado por el cardenismo, aceptó manejar las finanzas del general Juan Andreu Almazán en la campaña electoral de 1940 contra el candidato oficial Manuel Ávila Camacho. Almazán, con todo y el apoyo de los industriales de Monterrey, sólo consiguió el 5% de la votación, lo cual representó para Francisco A. Cárdenas el adiós definitivo de la política. 

Considerar a Francisco A. Cárdenas como uno de los grandes gobernadores de Nuevo León, a pesar de haber gobernado sólo dos años, es a mi juicio un acto de justicia. Las paupérrimas condiciones con las que gobernó; la cantidad y calidad de las obras que realizó; y algunas que dejó empezadas pero planeadas de forma tal que debieron ser terminadas por sus sucesores. Tan sólo la edificación de la Universidad de Nuevo León, el inicio de la construcción del Hospital Civil, la carretera de Monterrey a Miguel Alemán, y la forma de enfrentar la crisis de 1929, son méritos suficientes para ser incluido en esta selecta lista de Los Grandes Gobernadores de Nuevo León. 

El ingeniero Francisco A. Cárdenas murió el 3 de julio de 1943 en San Antonio, Texas.

 

Fuentes

Periódico Oficial del Estado 1931, 1932 y 1933, versión electrónica

Informes de gobierno de 1932 y 1933 del Ingeniero Francisco A. Cárdenas.

H. Congreso del Estado, http://www.hcnl.gob.mx/archivo/2013/07/ing-francisco-a-cardenas.php