Johnny Depp sigue en caída libre desde que se divorció de Amber Heard, que pidió una orden de alejamiento por malos tratos, y la muerte de su madre, a la que estaba especialmente unido.

Ahora, Jack Sparrow ha sido denunciado por Gregg “Rocky” Brooks, profesional que trabaja con el actor durante el rodaje de City of Lies, un film pendiente de estreno que rodó a las órdenes de Brad Furman, sobre la investigación de los asesinatos de los raperos Tupac Shakur y Notorious Big. El demandante ejerce como gerente de localizaciones, encargado de gestionar los permisos para rodar en exteriores. Según su relato, Johnny Depp le ha agredido, aparte de soltarle todo tipo de improperios y obscenidades.

Brooks alega que el 13 de abril de 2017 filmaban en el exterior del Hotel Barclay, de Los Ángeles, que les permitía operar hasta las 19:00 horas. Miriam Segal, una de las productoras, se dirigió a él para solicitarle que lograra una extensión de la autorización, debido a que Johnny Depp quería hacer una versión más larga de una de las escenas. Consiguió que les permitieran seguir hasta las 23:00 horas. Diez minutos antes, se le informó de que se agotaba el tiempo y se tenían que ir, noticia que trasladó al equipo de producción.

Pero el protagonista no se tomó nada bien el asunto, pese a que al no ser el director se supone que no está al mando de la filmación. “¿Quién eres tú para decirme eso?”, le respondió, entre diversas palabras despectivas. “No puedes mandarme”.

Siempre según lo que cuenta Brooks, la estrella acabó dándole puñetazos en las costillas. “Te daré cien mil dólares si me golpes en la cara ahora mismo”, le gritó Depp, al ver que no reaccionaba, antes de que sus propios guardaespaldas le separaran y le llevaran lejos. Según el texto de la demanda, el artista “apestaba a alcohol”.

Tres días después del incidente, Brooks se negó a firmar un documento asegurando que no acudiría a los tribunales por lo ocurrido. Al negarse, fue despedido.