05/May/2024
Editoriales

¿Ser apátrida ayuda a triunfar?

La apatridia es la falta de nacionalidad, entendida como el vínculo jurídico de una persona con un estado. 

Ser apátrida debe ser horrible, pues las ataduras familiares y sentimentales pesan en la psique del individuo, y se dice que el esfuerzo necesario para hacerse a la idea del cambio de nacionalidad es grande, mucho más debe serlo no tener patria.  

Hay naciones -como la nuestra- en las que no se puede ser presidente si no se ha nacido en su territorio. Sin embargo, entre los futbolistas profesionales, por ejemplo, es común verlos enfundados en camisetas de equipos que nada tienen qué ver con su país de nacimiento, y si esta condición se da por mucho tiempo, comienzan las confusiones.

Más cuando se trata de jugadores que forman parte de las selecciones nacionales de países que no lo vieron nacer. Por ejemplos tenemos al francés Gonzalo Higuaín que siempre defendió la camiseta de Argentina, país donde se crió. El carioca Rodrigo Moreno que ha jugado 25 partidos con la camiseta de la selección española. El suizo Ivan Rakitic que hasta 2020 jugó con la selección de Croacia. El hispano-brasileño Thiago Alcántara, nació en Italia, y jugó con la selección española. 

Hay casos curiosos como el de David Beckham, futbolista británico famoso por cobrar bien los tiros libres en la cancha. Jugó con Real Madrid por cuatro años, y casó con la famosa Victoria Adams, ex Sipce Girl. 

Bien, pues en 2003 hubo una encuesta en España acerca de hombres famosos y este tipo alcanzó el 5º lugar en la categoría del español más célebre del mundo. Estando todo listo para darle el premio correspondiente un comentarista deportivo aclaró: O la gente no entendió bien la pregunta, o ¡ignoran que Beckham es inglés!. Se suspendió el evento.

Artistas exitosos de la talla de la veracruzana Salma Hayeck, Ricardo Montalbán, Kate del Castillo, la sonorense Stephanie Sigman, Antony Quinn, Martha Higareda, Diego Luna y muchos otros llevan (o llevaron algunos) en su cartera la credencial del INE mexicano, pero como nunca muestran la cartera, una parte del público los considera apátridas. 

Las globalización de nuestra vida moderna y las confusiones en las nacionalidades de futbolistas, artistas y boxeadores exitosos (El Canelo Álvarez, VGR), podrían llevar a deducir a muchos mexicanos que para triunfar es mejor ser apátrida.

Y eso sería el acabose de nuestro amado país. Pensemos cómo erradicar ese prurito que comienza a dar comezón.