05/May/2024
Editoriales

La supuesta muerte de Benedicto XVI

Ayer circuló un wattsap que informaba de la muerte del papa emérito Benedicto XVI, con la consiguiente reacción popular, pues se trata de un personaje destacado en el mundo que procura la paz.

Sin embargo, en poco más de una hora apareció la respuesta informal: era una noticia falsa, y hubo expresiones de coraje por el abuso que se está haciendo de la libertad de expresión. 

A la muerte de Juan Pablo II, el cónclave de abril de 2005 eligió con el voto de los cardenales a Joseph Ratzinger como el papa número 265, tomando el nombre de Benedicto XVI. Se trata de un ilustrado pontífice que ha dedicado su vida a la Iglesia y a las letras.

El mundo extrañaba el carisma de Juan Pablo II, pues ciertamente Benedicto XVI era un papa sabio, pero al mismo tiempo no le perdonaba que el 30 de septiembre de 2003, siendo conocido como el cardenal Ratzinger había pedido a los fieles del mundo que rezaran por Juan Pablo II, quien estaba muy enfermo. 

La interpretación general fue que el papa estaba moribundo.

Sin embargo, el 6 de junio de 2004 en Suiza, Juan Pablo II leyó sin dificultad su homilía en los tres idiomas principales de Suiza: Alemán, Francés e Italiano, adicionales al clásico Latín.     

Esta ‘sobrevivencia’ de Juan Pablo II le dio una mala imagen a Ratzinger, pues quedó en el ambiente cierta sensación de impaciencia al adelantar la crisis final del querido ‘papa viajero’.

Desde luego que no se vale que se mienta en las redes sociales y menos en temas tan delicados como la muerte de personajes, tal como ha sucedido con artistas de la talla de José José, Carmen Salinas y otros que ‘mataron’ varias veces antes de morir.

Pero en este caso, pareciera ser que la perversidad de los abusivos de las libertades en las redes sociales, le cobró a Benedicto XVI su desliz de cuando era el cardenal Ratzinger y adelantó la mala noticia de la inminente partida de Juan Pablo II.