El Ministro de Seguridad Nacional de Israel e ideólogo residente de “sangre y tierra”, Itamar Ben-Gvir, amenazó ayer al Primer Ministro Benjamín Netanyahu con derrocar al gobierno de Netanyahu si no lograba convertirse en un gran asalto militar. en Rafah, donde más de un millón de refugiados palestinos se encuentran reunidos como su último refugio. Su publicación decía que, si Netanyahu “pone fin a la guerra de Israel contra Hamás sin un ataque extenso contra Hamás en Rafah”, “dejará de tener el mandato para servir como primer ministro”.

 El partido “Poder Judío” de Ben-Gvir, junto con el partido “Sionista Religioso” de su cohorte, el Ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, ocupan 14 escaños en la Knesset, lo que sitúa a la coalición de Netanyahu en 64 de los 120 escaños, 3 por encima del mínimo necesario. Smotrich convocó una reunión de sus líderes sionistas religiosos, preocupado por los informes de que se estaba preparando “un acuerdo general para poner fin a la guerra sin derrotar a Hamás”. Luego declaró en una carta a Netanyahu que no estaba “autorizado a tomar decisiones decisivas durante tiempos de guerra” a nivel del “Gabinete de Guerra”. Ese grupo se estaba sometiendo a “presiones internacionales que perjudican el impulso de la guerra y nuestros intereses de seguridad”. Ese organismo ha ignorado la “advertencia de Smotrich durante muchas semanas” de que Israel debe pisar “el acelerador” militarmente. Por lo tanto, exigió que Netanyahu convocara a todo el gabinete, que incluye a Ben-Gvir y a él mismo.

 El líder del partido opositor Yesh-Atid, Yair Lapid, ofreció una vez más a su oponente Netanyahu una salida, repitiendo su oferta de servir como “red de seguridad”, colocando sus 24 escaños en la Knesset detrás de Netanyahu, manteniéndolo como Primer Ministro. a pesar de todas sus diferencias, si eso le ayudaría a sortear el chantaje político de Ben-Gvir y Smotrich. A Netanyahu se le ha ofrecido este acuerdo antes, pero lo ha ignorado, manteniendo su alianza con los dos fanáticos racistas de su coalición.

 Anoche, en un breve mensaje en vídeo, Netanyahu rechazó la oferta una vez más: “Esta victoria requiere entrar en Rafah y eliminar los batallones terroristas que hay allí. Esto es lo que va a ocurrir; hay una fecha”. Si bien esto ciertamente está calculado para mantener su actual coalición en el lugar, es probable que Netanyahu esté apostando a que estallará una guerra regional, girada en torno a Irán, antes de que tenga que responder por sus crímenes en Gaza.

 Washington dice que Netanyahu prometió no invadir Rafah antes de más discusiones

Cuando el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó anoche que se producirá la invasión militar de Rafah y que se ha fijado la fecha, el Asesor de Comunicaciones de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby , declaró ayer por la mañana en una conferencia de prensa: “ Los israelíes nos han asegurado que no habrá operaciones en Rafah y sus alrededores hasta que hayamos tenido la oportunidad de hablar con ellos más detalladamente sobre las opciones y alternativas viables a una operación terrestre importante”. Se refirió a las expectativas de una reunión cara a cara en Washington con el Ministro de Asuntos Estratégicos israelí, Ron Dermer, y el Asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi. Netanyahu canceló una sesión previamente programada y luego permitió que se llevará a cabo una reunión virtual.

 El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, dijo que Israel no había proporcionado a la administración Biden ninguna fecha para una operación en Rafah. Y añadió: "Hemos dejado claro a Israel que creemos que una invasión militar a gran escala de Rafah tendría un efecto enormemente dañino para los civiles y que, en última instancia, perjudicaría la seguridad de Israel".