Hay muchas maneras de ilustrar la falta de moralidad que prevalece en el manejo de los asuntos públicos mexicanos, tales como pueden serlo: A) Los discursos acartonados y evasivos que nos dedican los jerarcas ejecutivos, como Enrique Peña Nieto y Miguel íngel Osorio Chong, quienes son expertos en hablar con medias verdades, como monigotes a quienes se les da cuerda. Y B) La impotencia monumental que exhibe nuestra procuración e impartición de justicia, la cual deja impunes un porcentaje increíblemente alto de delitos graves. Pero los "campeones" invertidos del cinismo probablemente sean C) Los miembros de Partidos electos miembros del Poder Legislativo, tanto para el del Federal como para el local de Nuevo León.
¿Por qué el de los legisladores es el peor de los cinismos? Pues porque cometen la traición más flagrante contra el pueblo que los eligió, al privarlo de una de sus armas más importantes para pelear contra la corrupción, la cobardía y la ineficiencia prevalente en los otros dos Poderes.
Pero aún dentro del Poder Legislativo podemos hacer una escala de cinismos: Los menos cínicos resultan ser ¡Los del PRI! Efectivamente, puede haber priístas que puedan decir con cierto convencimiento: "Miren, aquí en México la democracia "pura" no funciona, porque la mayoría de los votantes son clientelares". Entonces, creen que la única manera de hacer política es la de "manejar" a esos votantes, dándoles algo tangible, aunque limitado, para lo cual "hay que desviar fondos públicos", dejando una porción "moderada" en nuestras uñas, porque "político pobre es un pobre político".
Eso deja en la cumbre del cinismo a los miembros de los otros dos Partidos "grandes", el PAN y el PRD, porque esos sí no hay duda de que fueron electos para guiar al pueblo en el combate contra la corrupción, por lo cual al abandonar esa lucha y acordar con el PRI mutuas "tapaderas de cochinadas", que también les permita "desviar fondos" impunemente, renunciando así a ganar el apoyo de los votantes capaces de optar por el bien común, pero difíciles de "manejar" con ofertas demagógicas.
Todavía dentro de estos dos grandes Partidos políticos que "chaquetearon" contra los principios por los que fueron fundados, se puede hacer una última escala: Es un poco menos cínico el PRD acomodaticio, por dos razones: Primero, porque la vergí¼enza de esa "concertacesión" con el PRI causó que se partiera en dos, abandonando AMLO y su Morena la mitad "podrida": El hecho de que estén persiguiendo lo que pueda llevar a un populismo, será otra cosa a considerar, pero definitivamente rechazaron el cinismo descarado.
Eso deja en fondo del pozo del cinismo al PAN, cuando menos a sus miembros seguidores de su ex -líder "Gustavito" Madero, quien dirigió la avalancha para tirar a la basura sus principios de moralidad pública (y privada) a fin de ganar "tajadas" sustanciales del Poder. Ellos sí van por completo en contra de sus orígenes clase-medieros y se convirtieron en alumnos sobresalientes de los mismos priístas, muchos de los cuales están asombrados de lo adelantados que están sus "alumnos".
Los resultados de esto los tenemos muy claros aquí en Nuevo León: Los "desvíos" de fondos públicos y lo que quedó entre las uñas de Margarita Arellanes, ex – alcaldesa de Monterrey, fue tan flagrante, que la amenaza de seguir adelante con esas acusaciones penales ha bastado para que los diputados panistas locales se confabulen de "tapaderas de cochinadas" y se alineen con los del PRI, para abstenerse de revisar las vergonzosas y mucho más grandes malas cuentas el ex –gobernador Rodrigo Medina. Y ya puestos en ese camino también aceptaron unirse para darle "un coscorrón" al Jefe de la Suprema Corte de Nuevo León por atreverse a haber ordenado una auditoría sobre desviaciones de fondos de sus dos colegas, uno priísta y el otro panista ¡Mayor vergí¼enza es difícil imaginar! Atte.- JVG.- 27-04-16