04/May/2024
Editoriales

Un teléfono divino

El presidente Clinton visita a Netanyahu, y observa en su escritorio un extraño teléfono azul, le pregunta qué es y Bibi (Netanyahu) le responde que por ese conducto se comunica con el Altísimo al cielo. 

 Una vez de regreso a Washington, lo primero que Clinton hace es exigirle al servicio secreto que le coloquen un teléfono similar sin importar el precio. 

 Pasa un mes y se lo entregan, pero el costo fue de ¡diez millones de dólares! Por hablar un minuto con el Altísimo en el cielo. Clinton enfurece y le llama a Bibi: _¿Cómo puedes gastar tanto dinero en ese teléfono azul? Estados Unidos que es el que te apoya económicamente no tiene disponibles esas altas cantidades para esa sofisticada comunicación. ¿En eso gastas nuestro dinero?

 Bibi le contesta con tranquilidad: 

_No, aquí no funciona así, para nosotros los judíos, esa es una llamada local.

Este chiste se hizo famoso, y en Rusia elaboraron su propia versión, pues Dios en su chiste, era reemplazado por el infierno. 

 Cuando Nixon visitó a Brézhnev y vio un teléfono especial, éste le explicó que es para llamar al infierno; al final del chiste todo es igual pero cuando Nixon se quejó del precio de la llamada, Brézhnev responde

 _Para nosotros en la Unión Soviética, telefonear al infierno cuenta como llamada local.

 En la versión soviética, lo contaban como un chiste donde respondían a las amenazas estadounidenses, como diciéndole al pueblo norteamericano que ellos podían desatar rápidamente una guerra súper destructiva.

 

 Como se sabe, la URSS desapareció quedándose Rusia con menos países aliados pero con mejor salud financiera; Israel ha crecido mucho tecnológica y económicamente, mientras Estados Unidos trae problemas con la fortaleza del dólar y no ha podido controlar la inflación.