La estrategia estatal de frenar las nóminas de los empleados que cobran en las dependencias oficiales cuyos titulares no están alineados con el jefe de las instituciones estatales es cuestionable… en primer lugar porque ellos (los empleados) no tienen la culpa de la filiación política o las querencias de sus jefes, y sí tienen compromisos económicos ineludibles que tienen que ver con la manutención de sus familias… y en segundo lugar, ellos no pueden hacer nada para solucionar el pleito político, pues si no obedecen a sus jefes, simplemente los sustituyen por otras personas dispuestas a obedecer las instrucciones superiores… ///

Y ya metiéndonos en lo que no nos importa, creemos que con esos retrasos de los pagos en los salarios a los trabajadores, lo único que se consigue es que ellos, los afectados, y muchos otros empleados gubernamentales que no laboran en esas mismas dependencias, simplemente se solidaricen y en la primera oportunidad algo harán para compensar el sacrificio de sus colegas de trabajo como servidores públicos… ¿nos explicamos?...///

En cuanto a las campañas locales, la lucha se está dando no por conquistar votos, sino por conquistar espacios para la propaganda política electoral… sin embargo, le tenemos una noticia a los estrategas de las campañas actuales, y es que al menos la juventud no gusta de bardas pintadas, sino de anuncios breves en las redes sociales… por lo tanto, es bien poca la rentabilidad electoral de la lucha por repintar bardas y arrancar los pegotes de los automóviles, pues el efecto es al revés del buscado… pero en fin, cada cabeza es una guajolotera, decía el maestro Marroquín Toba…///