Editoriales

Cómo F.D. Roosevelt reconstruyó Puerto Rico devastado por los huracanes de 1928 y 1932

El 28 de mayo de 1935, Franklin Delano Roosevelt (FDR) creó por medio de una orden ejecutiva la Administración de Reconstrucción de Puerto Rico (PRRA en sus siglas en inglés), cuyo propósito era reconstruir la isla luego de que no solo fue devastada por la Gran Depresión, sino que además sufrió daños enormes con el paso del huracán San Felipe II (o Okeechobee) en 1928, y el huracán San Cipriano de 1932.

Para el mes de diciembre de 1935, la PRRA ya estaba funcionando sin problemas, con fondos que Roosevelt había asignado de las leyes de Asignaciones de Ayuda de Emergencia de 1935, 1936 y 1937. Su propósito fue el de iniciar, formular, administrar y supervisar un programa de proyectos aprobados para proporcionar ayuda y obras, así como para aumentar el empleo. Pero lo dijo Roosevelt en una carta el 1ro de agosto de 1935, además de dar auxilio inmediato, la PRRA estaba comprometida a hacer una “reconstrucción permanente para la isla. Con este fin, los proyectos contemplados procurarán garantizarle a cada persona de la isla la posibilidad de independencia y seguridad razonable”. El proyecto ponía de relieve la rehabilitación de la agricultura, a fin de que pudiera “llegar a ser autosuficiente”. Asimismo, Roosevelt señalaba que “también es esencial para el buen resultado del programa de la PRRA... Estoy impaciente de que el gobierno de Estados Unidos cumpla cabalmente con sus responsabilidades para con el pueblo puertorriqueño”. [énfasis nuestro].

Comparen esto con la respuesta genocida de Barack Obama cuando un fuerte terremoto sacudió Haití en el 2010, o su exigencia de que Puerto Rico se calara la demente Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico (PROMESA) del 2016, cuyo único propósito fue imponerle a la isla austeridad despiadada para cobrar una deuda impagable.

La PRRA estuvo funcionando entre 1935 y 1941, y se complementó con otros varios programas del Nuevo Trato de Roosvelt, tales como los Cuerpos Civiles de Conservación (CCC, por sus siglas en inglés). Entre los proyectos prioritarios que llevaron a cabo estuvieron la construcción de escuelas, hospitales, carreteras, puentes, viviendas de bajo costo, limpieza de suburbios y reforestación. A la población rural se le proporcionó electricidad en las zonas rurales, programas de alfabetización y cultura, y asistencia médica.

Durante el tiempo que duró la PRRA, se construyeron tres grandes proyectos hidroeléctricos, y se comenzó la construcción de otros dos. En total, la PRRA invirtió en Puerto Rico $80 millones de dólares (más de $1 mil millones de dólares del 2014). En 1937, el gobernador designado por Estados Unidos escribió que el programa había “beneficiado a todos los sectores de la isla. Se le dio empleo a miles de personas, se hicieron mejoras públicas en cada municipio, las condiciones de salud y de sanidad nunca habían sido mejores, y los niveles de vida de muchas familias se mejoraron de manera que ahora tienen una mejor perspectiva de su vida y de las posibilidades para una mayor libertad económica”. La PRRA hizo posible que se inscribieran en escuelas públicas el mayor número de estudiantes en la historia de la isla. Los proyectos de obras públicas de la PRRA fueron diseñados por ingenieros puertorriqueños y fueron construidos por trabajadores puertorriqueños, y el gobernador informó que “hicieron contribuciones concretas a la seguridad física de millones de puertorriqueños”.

El último gobernador de Puerto Rico designado por Estados Unidos fue Rexford Tugwell (1941-1944), quien formaba parte del “grupo de confianza” del Presidente Roosevelt, y quien era experto en planificación urbana y desarrollo agrícola, e implementó varios programas innovadores en la isla, los cuales beneficiaron enormemente a la población. Además, estableció una estrecha relación de trabajo con Luis Muñoz Marín, quien se consideraba parte del Nuevo Trato y en 1948 fue el primer gobernador electo de Puerto Rico. En 1955, Muñoz invitó al gran chelista Pablo Casals a que fuese a vivir a Puerto Rico para mejorar su vida cultural. Más adelante, Muñoz fue un aliado importante del Presidente John Kennedy, con quien colaboró en su programa de Alianza para el Progreso.