30/Apr/2024
Editoriales

Monterrey en auxilio de Tacubaya

Será que es innegable cierta presencia de sangre judía desde la fundación de nuestro estado; o que se han formado grandes capitales en base al trabajo y al ahorro; o que es insoslayable la existencia de algunas familias ricas que para serlo iniciaron ajustándose el cinturón de gastos personales e hicieron crecer sus negocios, pero lo cierto es que hay quienes dicen que los regiomontanos somos tacaños. 

Ese término tiene dos acepciones, la primera se refiere a quien escatima excesivamente los gastos. Pero la otra es que hay astucia, picardía, y tendencia al ardid y al engaño. Por eso no es agradable que nos motejen de tacaños o “codos”, y si se refieren a la primera interpretación, habrá que recordarles a estas personas que en Monterrey y en todo Nuevo León, existen grandes filántropos, y que en general aquí somos solidarios con los que sufren.

La solidaridad es una de las principales características de los regiomontanos. Y desde luego, también hemos recibido ayuda cuando se han presentado grandes tragedias como en la inundación de 1909 que la Cruz Roja Mexicana se estrenó a nivel nacional en su noble labor, apoyando a nuestros damnificados que se contaban por miles.

Un ejemplo de la solidaridad regiomontana es el apoyo dado a la gran gran tragedia de Tacubaya, del 19 de agosto de 1913. Ocurrió cuando se trasladaban en un tranvía eléctrico siete toneladas de pólvora negra “y otra cantidad bastante respetable de algodón pólvora”. Al entrar el tranvía a una pendiente ascendente pasando Tacubaya, el conductor se percató que fallaban los frenos así que dejó el vagón “agarrotado” con los frenos mecánicos, mientras él se fue a Tacubaya por un mecánico.

Pero los frenos mecánicos cedieron y el carro con pólvora empezó a rodar rumbo a Tacubaya. Al pasar frente al rastro, volcó explotando con tal fuerza que se escuchó a diez kilómetros en los pueblos de Coyoacán, Mixcoac, y en el Castillo de Chapultepec cuyos vidrios se quebraron. Hubo 400 afectados entre muertos y heridos. Sesenta y dos casas de Tacubaya fueron destruidas y las demás se quedaron sin vidrios; las mercancías del mercado de San Juan se estropearon, mientras los heridos corrían en llamas, reinaba el caos y en los Portales de Cartagena -un mercado de cosas finas- se perdieron muchos bienes. 

De inmediato llegó la ayuda de médicos militares y civiles, junto con paisanos y gendarmes que removieron los escombros recuperando 50 cuerpos; los huérfanos se  entregaron a familiares y a Congregaciones Católicas con orfanatos. Es un orgullo decir que de Monterrey llegó la primera remesa de dinero para ayuda y luego sucedió lo mismo de otras ciudades más cercanas. El presidente Victoriano Huerta acudió al lugar de la tragedia; y José Guadalupe Posadas hizo un bello grabado de la tragedia, luego de interrogar a algunos testigos. 

Como prueba de uno de estos apoyos enviados a Tacubaya existe el Acta del 25 de agosto de 1813 -sólo cuatro días después- donde está escrito cómo el Cabildo de Monterrey apoyó a los señores Rodríguez, famosos cirqueros de la región, para que donaran el dinero obtenido por las entradas de tres funciones especiales, a las víctimas de la tragedia de Tacubaya. Este apoyo consistió en la cancelación del cobro de todos los derechos e impuestos municipales: 

Acta número cuarenta y cinco. Sesión ordinaria verificada el veinticinco de Agosto de mil novecientos trece. Presidencia del C. Doctor Gregorio D. Martínez. Asistencia de los Señores Consejales Licenciado Antonio C. Elizondo, Jesús R. Flores, Ezequiel Galindo, Casimiro Garza, Ruperto Treviño, Eleazar C. García, Ramón N. González, Fortunato Guzmán, Profesor Emilio Rodríguez, Doctor Albino Martínez Garza, Profesor Arcuando Pérez é Ingeniero Gonzalo Garza González. A las ocho y media de la noche se abrió la sesión… Los Señores Rodríguez pidieron por medio de una carta no se les cobre licencia por tres funciones que piensan dar á beneficio de las víctimas de la explosión de Tacubaya.- Concedido. 

Hoy Tacubaya es un Pueblo Histórico de la Ciudad de México, en la alcaldía Miguel Hidalgo, pues a mediados del Siglo XX fue absorbida por la mancha urbana; pero en aquel tiempo, el año de 1913, era un pueblito cercano y pintoresco, considerado  importante porque ahí tenía su casa de reposo el Arzobispo de la Ciudad de México.  

Además ahí el 17 de abril de 1859, en la guerra de Reforma, el general conservador Leonardo Márquez, masacró a los prisioneros liberales hechos en la Batalla de Tacubaya. Fusiló a 53 miembros del ejército liberal no sólo a oficiales y soldados, sino también a médicos y a civiles, aunque sus propios soldados protestaran por la masacre.  

Debemos dejar en claro que Monterrey siempre apoya a las causas nobles, por lo que a los regiomontanos no se nos debe motejar con más sobre nombres; acaso nos debieran decir los mexicanos, porque orgullosamente lo somos.

 

 

 

Fuentes  

Actas de Cabildo 25 de agosto de 1913 

Manuel González Oropeza, Francisco Zarco y su pensamiento liberal. México UNAM. 

https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio