Existen algunos términos que impactan, y más cuando su significado es sobresaliente.
Tal es el caso de “Príncipe” que lo mismo aplica para el hijo del monarca, como para el trabajador más distinguido, y al personaje mayor de un evento.
En la Roma antigua el título de Príncipe se otorgaba a cualquier funcionario estatal y, en especial, al prínceps senatus, que era el más viejo de los censores y siempre era el primero en tomar la palabra en los debates.
Viene del latín prínceps que significa príncipe, jefe, de primus, y caput, cabeza.
El emperador Octavio Augusto (63 adC. – 14) tomó el título de prínceps para expresar su especial posición y demostrar que no quería ser monarca, sólo un jefe de gobierno. Así que el príncipe era el título honorífico de los emperadores.