03/May/2024
Editoriales

El contradictorio significado de algunas palabras

Hay nombres que con solo escucharlos pueden transmitir varios mensajes al mismo tiempo, incluso algunos contradictorios. Deportistas como Maradona que representa la cumbre del deporte pero también el derrumbe moral; artistas como José José que fue un príncipe del canto, y luego un intérprete craso; políticos como Porfirio Díaz que fue héroe en la guerra contra el invasor francés, y después un dictador aborrecido.

Esto es parte de la naturaleza humana, pues somos buenos para algunas cosas y al mismo tiempo malos para otras o que, con el curso del calendario, cambiamos de un extremo a otro. 

Sin embargo, no es común que esto suceda entre las palabras de las diversas lenguas, como en el caso nuestro que Nimiedades es la única que conozco (seguramente hay otras palabras que no me han presentado) que es su propio antónimo, es decir, que expresa al mismo tiempo dos ideas opuestas. Trataré de explicarlo:

En el diccionario de la RAE dice que Nimiedad significa pequeñez, insignificancia. Pero también significa exceso, demasía. 

Esta ambivalencia viene de que la palabra latina ‘nimius’ llegó al idioma español significando excesivo, abundante. Pero en el uso coloquial se equivocó la interpretación expresando lo contrario, es decir, insignificancia o sin importancia.  

La historia es esta: en 1734, el Diccionario de Autoridades decía que Nimiedad era: exceso o demasía. Pero en el lenguaje familiar significaba: poquedad o cortedad. 

Era muy generalizada la exigencia de los lingüistas para que se enmendara el error, porque no podía ser lógico que esa voz significaba lo contrario al mismo tiempo. 

Pero en la práctica jamás se pudo consensuar cuál de las dos acepciones debería quedarse porque ambas estaban muy arraigadas entre los hispanoparlantes y, ya en 1817, la RAE se rindió aceptando a medias Nimiedad: Poquedad o cortedad. Así autorizó su uso aunque esta voz significaba lo contrario ya en boca de la gente. Por lo mismo, no se pudo convencer a los usuarios del lenguaje de este significado, así que, finalmente, en 1869, aceptó que son correctas las dos acepciones.

Lo cual es una barbaridad desde mi humilde opinión, pues sería tanto como afirmar que Maradona fue al mismo tiempo el mejor y el peor futbolista…