Decíamos que “los rusos usarán a AMLO”; “AMLO es bipolar” y “AMLO tiene diagnóstico pero no soluciones”; son las consignas de la nueva versión de la famosa campaña del 2006. Que la primera viene del fracasado “Rusiagate” de EU que los senadores Nunes, Grassley y Graham han demostrado su origen en el M16 británico, el FBI, los Clinton y Obama, aunque hoy la ANS y la CIA tratan de reanimarlo con la idea de que “los rusos intervendrán en las elecciones intermedias en EU”. 

   Sobre la bipolaridad fue Enrique Quintana de El Financiero fue el que lo dijo abiertamente en artículo del 9 de feb: “La Bipolaridad de AMLO”. También Diego Peterson Farah en un artículo en Sin Embargo el mismo 9 de feb. Titulado:  “Mr. AMLO y Mr. Peje” emulando al “Dr.  Jerkyl y Mr Hyde” la novela de R. Stevenson sobre una personalidad esquizofrénica. Incluso el propio Jorge Zepeda Petteron quien escribió en El País el 7 de feb. un artículo muy favorable a AMLO habla de la “la pasión incombustible” de AMLO lo que lo hace hablar contra “la mafia del poder” etc.

  En síntesis: Dicen que hay un AMLO alegre, moderado, bromista y tolerante y uno radical, intolerante, violento y grosero y que son “dos temperamentos que conviven en él” según Quintana. AMLO ya explicó que sus “declaraciones lapidarias y duras son a veces necesarias porque se confunde mucho a la gente” y denunció a los intelectuales “fifís”.  Silva Herzog en su artículo “AMLO 3.0” también planteó esa línea sólo que diciendo que hay un AMLO  “sectario” e “intolerante” que fue el de 2006 y 2012, y que ahora hay uno “el punto contrario, el oportunista”.

 LA CUESTION EPISTEMOLOGICA: En realidad el ataque al AMLO “autoritario” e “intolerante” etc. proviene del dogma liberal que domina a esos círculos de intelectuales “fifís”,  el dogma de Hannah  Arendt y de las escuela de Frankfurt o Ayn Rand que sostiene que la verdad y  la razón no existen quien dice tenerla es  “una personalidad autoritaria” ya que  sólo es válida la “diversidad ética” y de pensamiento so riesgo de convertirse en “una secta”.  Una postura muy diferente de los panistas como Gerardo Martínez o Roberto Gil  Zuarth quienes reconocen, por ejemplo, “el enorme sentido de historia de México” que tiene AMLO o que su “convocatoria moral es irrefutable” así como su capacidad “de unir al país”.