30/Apr/2024
Editoriales

Cuántos quisieran terminar como El Tigre de Tacubaya

Hay personajes históricos controvertidos que salieron ilesos de sus batallas. Tal es el caso de Leonardo Márquez, nacido en el México de 1820. Este tipo luchó a favor de la patria en contra de los invasores norteamericanos. Después, durante la guerra de Reforma peleó del lado de los conservadores, que desde luego se vale, y en Tacubaya obtuvo un sonado triunfo contra los liberales, por lo que Miramón, aquel joven presidente de los conservadores en tiempos del presidente auténtico, es decir Benito Juárez, lo ascendió a general de división y Leonardo, de pasadita, se ganó el apodo de ‘El Tigre de Tacubaya’. 

Su fama la adquirió cuando derrotó el 11 de abril de 1859 al general Santos Degollado, y se ensañó fusilando a todos los oficiales liberales, y no conforme con ello, también fusiló a los médicos y a toda aquella persona que hubiese auxiliado a los heridos del bando liberal. 

Ciertamente, su bando conservador perdió la guerra, pero en el ínterin, el Tigre de Tacubaya fusiló nada menos que a: Melchor Ocampo, Santos Degollado y a Leandro Valle. Cuando estaba en Querétaro defendiendo el imperio de Maximiliano, en 1867 el mismo emperador lo envió por refuerzos a la ciudad de México, y El Tigre de Tacubaya se fue a México por refuerzos, pero ya con ellos, mejor se los llevó a Puebla, porque presintió que podría darle una vuelta de campana a la guerra que ya se veía perdida para ellos. 

Se fue con su ejército a Puebla para derrotar al general Porfirio Díaz, sólo le falló un pequeño detalle: Díaz lo derrotó y así quedó mal en todas partes. Pero este Tigre de Tacubaya parecía gato, porque siempre caía de pie. Una vez terminadas las hostilidades, luego de ser perseguido, pudo escaparse disfrazado de arriero y murió tranquilamente en Cuba hasta la edad de 93 años.  

Actualmente hay políticos que están apostando fuerte a su futuro, pensando, obviamente, en que su proyecto saldrá con las manos en alto en esta cruel batalla que se está celebrando, y algunos están cometiendo actos que pueden ser caliificados como latrocinios. La pregunta es ¿Si su proyecto político termina derrotado podrán salvarse como el Tigre de Tacubaya? O terminarán en el basurero de la historia…