Editoriales

Las armas secretas

Francia firmó en junio 22 de 1940 un armisticio con Alemania dejándoles libre el norte y oeste francés para que las tropas del Tercer Reich se establecieran libremente, como única salida para que no cayera toda la nación. La liberación de Francia comenzó con el desembarque del “Día D” en Normandía y París fue rescatada en agosto de 1944.

Sin embargo, en la madrugada del 13 de junio de ese 1944, un avión no tripulado de 5 metros de alas voló desde Francia hasta Inglaterra a una velocidad de 650 kilómetros por hora, rumbo a Londres. El aparato emitía un raro silbido y soltaba en la parte trasera una llamarada de escape. Observado y escuchado desde abajo, el sonido de este avión se oía como un resoplido. A las 4:20 am se detuvo el motor del siniestro avión, produciéndose un breve silencio y cayó cerca de Swanscombe, a escasos 32 kilómetros de Londres. Al tocar tierra se produjo una gran explosión pero no había gente cerca por lo que no hubo víctimas. Se trataba de la primera de las Vergeltunswaffen, o armas de la represalia, que Alemania enviaba a Inglaterra.

Si los nazis hubiesen tenido más tiempo, esas armas secretas le hubieran dado una voltereta al resultado de la II Guerra mundial, por lo que a toro pasado se reconoce más la estrategia de los aliados de acelerar sus ataques a Hitler, quien había instruido tres años antes a sus científicos que prepararan armas secretas para consolidar su triunfo en la conflagración más grande en la historia de la humanidad.