El tono xenófobo de la campaña presidencial de los EUA y la votación para sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea nos ilustran vívidamente que el Primer Mundo está en crisis, porque una parte de su población, los menos preparados, quizás un 30%, están desorientados y temerosos por el rápido avance de la tecnología que afecta a sus empleos o hace quebrar a sus pequeños negocios. Para México, el resultado de esta crisis ha sido la de convertirnos en el país más afectado del mundo, en primer lugar por tener la única frontera terrestre con el Primer Mundo y, en segundo, porque nuestra economía está muy ligada a las de EUA y Canadá por el Tratado de Libre Comercio de Norte América.
Esos son los factores exteriores que afectan a México, pero nuestros problemas internos son aún más grandes e intratables, pues se tratan de la corrupción impune prevalente en el manejo de los asuntos públicos, lo cual dificulta la búsqueda del bien común y propicia el fortalecimiento del crimen organizado basado en el narcotráfico, lo cual, a su vez, tiende a debilitar y a corromper a todo el sistema de procuración e impartición de justicia. Todo esto crea un clima de desconfianza que impele a todos a atender sólo a sus propios intereses.
Afortunadamente no todo son malas noticias. En primer lugar, la proporción de gente de clase media ya pasa del 40% de la población y cada vez está siendo más capaz de organizarse para tomar las riendas de la vida pública. También hemos logrado algunos avance sólidos en nuestra incipiente democratización, como son: La partición del Poder en funciones y niveles, aunque esto a veces produzca cacicazgos a nivel local; La Libertad de Expresión y de prensa, aunque todavía se pueda comprar "imagen" o recurrir a la violencia represora; y El control ciudadano de la organización y supervisión de las elecciones, aunque todavía no se controle bien su enorme costo de propaganda, el cual es urgente disminuir.
Con estas tres herramientas, la ciudadanía ha dado muestras de poder actuar, organizándose en grupos activos y comunicándose en las redes, con resultados halagadores, tales como elegir a ciudadanos independientes para cargos público, como castigo a los partidos "de oposición" como el PAN y el PRD, y a sacar a corruptas administraciones PRIístas en siete Estados. Eso sumado a que ya se ha dado la alternancia a nivel del Ejecutivo Federal, pone a los actuales gobernantes en un brete porque están viendo cada vez más difícil que el PRI gane nacionalmente en 2018 y quizás ni en el Estado de México en 2017.
Pero el tiempo apremia, pues en dos meses tendrán lugar las elecciones americanas, por lo que puede venirse una crisis económica y social, si es que gana Trump, y aún si gana la Clinton es probable que también se tangan que hacer cambios en la relación económica y en el problema migratorio, lo cual se agregaría a los serios problemas que tenemos: Déficit presupuestario por los enormes gastos fijos del Gobierno y por los saqueos del Erario, agravados por el bajo precio del petróleo, todo lo cual se refleja en una disminución de las reservas y un insuficiente crecimiento económico del 2%. Todo esto está ocasionando que las grandes financieras mundiales ya nos estén bajando la calificación, lo que en cualquier momento podría ocasionar una fuga masiva de capitales "golondrinos".
Así que ya no tenemos espacio de maniobra: Estamos al filo de la navaja, por lo que debemos lanzarnos a actuar políticamente, siguiendo algún plan maestro que tome en cuenta todas estas circunstancias.
Atte.- JVG.- 07-09-16