19/May/2024
Editoriales

El origen del Estado de Nuevo León en síntesis

De qué se habla, cuando se habla del bicentenario de Nuevo León?

 Más allá de la fiesta y el júbilo que la celebración genera, es importante conocer y recordar entre otros, algunos momentos clave del proceso que dio origen al Estado Libre y soberano de Nuevo León que hoy celebra sus primeros 200 años.

 Desde fines del siglo XVIII y en el amanecer del siglo XIX, empezaron a presentarse brotes de tendencia independicista a lo largo de Nueva España, especialmente en la capital y entidades como Guanajuato, Queretaro y Yucatán. A los planteamientos y acciones emprendidas por el negro Yanga, por Melchor de Talamantes y Francisco Primo de Verdad, entre otros pronto se sumarían los conspiradores de Guanajuato y de Querétaro, de donde surgiría el brote revolucionario de 1810 que se registra como el Grito de Independencia.

 En esa etapa armada, aunque destructiva, se presentan asuntos interesantes en materia política como lo es la convocatoria y desarrollo de las Cortes de Cadiz, que derivan en una Constitución que aun con escasa vigencia aporta elementos que luego serán retomados en el quehacer legislativo de los constituyentes de la nación. 

 Lo mismo ocurre con los trabajos emprendidos por Ignacio López Rayón y los de José María Morelos que promueve la instalación en plena guerra del Congreso de Anáhuac del que derivará el decreto constitucional para la américa septentrional coloquialmente conocido como la Constitución de Apatzingan. 

 En esa etapa surgen además otros planteamientos de diversos pensadores y precursores de la independencia entre ellos el célebre regiomontano Servando Teresa de Mier que publica bajo el pseudonimo de José Guerra, su Historia de la Revolución de Nueva España, además de otros escritos relevantes y una amplia actividad epistolar.

 Luego de una etapa de inmovilidad de la lucha, los bandos contendientes logran ponerse de acuerdo para generar la consumación de la independencia, no obstante ésta no se da de manera automática y tiene su primer tropiezo en la propia firma del acta que se denomina de Independencia "del Imperio Mexicano".

 Al triunfo de la independencia, derivado del Plan de Iguala y de los Tratados de Córdoba, se crearon la Regencia y la Junta Provisional Gubernativa, equivalentes a los poderes ejecutivo y legislativo, siendo a fines de noviembre de 1821 cuando finalmente estuvo lista la convocatoria para el Primer Congreso Constituyente.

 Se fijó como fecha para la instalación del Congreso el 24 de febrero de 1822, por conmemorarse el aniversario del Plan de Iguala. El recinto en que se instaló y funcionó fue el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, una antigua edificación construida por los jesuitas, ubicada en las actuales calles Del Carmen y San Ildefonso, formando parte del patrimonio de la UNAM y durante muchos albergó la Hemeroteca Nacional. Actualmente de denomina Museo Casa de las Constituciones creado bajo el rectorado del doctor José Narro Robles.

 Desde el mes de diciembre de 1821 iniciaron las elecciones de los diputados constituyentes. Aquel congreso se instaló con 102 diputados. Al Nuevo Reyno de León correspondió un diputado, recayendo la elección en Servando Teresa de Mier, quien por estar preso en San Juan de Ulúa tomó posesión hasta el 15 de julio de ese año, por ello inicialmente ejerció el cargo el suplente Juan Bautista de Arizpe.

 El Primer Congreso Constituyente Mexicano, sería el mismo que más tarde aprobaría la proclamación del emperador Agustín I, quien lo luego lo disolvería temporalmente, sustituyéndolo por una Junta Nacional Instituyente que derivará en dar cauce a la creación del Imperio y la exhaltación al trono del llamado Agustín I.

  Pero la nueva nación pronto recapacita y dado que ser imperio no es lo que busca su vocación, pronto genera la abdicación del efímero emperador y ahora los trabajos se dirigen a convocar a un Segundo Congreso Constituyente de vocación repúblicana. En este propósito fue fundamental el papel de nuestro diputado Servando Teresa de Mier quien presidía la Comisión de Constitución.

 A mediados de 1823, se determina necesario convocar a un Segundo Congreso Constituyente y dejar atrás las diversas intentonas para encontrar el debido cauce institucional.

 El 23 de junio de ese año se expiden las bases para las elecciones de diputados constituyentes, del 3 de agosto al 7 de septiembre se desarrollan los procesos de elección.

 A fines de septiembre se dan a conocer las formalidades que tendrá el nuevo congreso y se fija para el 30 de octubre de 1823. para una reunión en la ciudad de México de los diputados electos, e iniciar las juntas preparatorias para las sesiones del Congreso.

 No obstante, lo anterior es hasta fines de octubre cuando inician las juntas preparatorias. El 5 de noviembre de 1823, tiene lugar la cuarta y última Junta Preparatoria, en la que se otorga el juramento de los diputados y la elección de la mesa directiva.

 Este segundo Congreso Constituyente también se instala y funciona en el Templo Máximo de San Pedro y San Pablo.

 Finalmente es el 7 de noviembre de 1823, hace poco mas de 200 años, cuando tiene lugar la Instalación del 2° Congreso Constituyente, que se integró por 107 diputados cuya elección obedeció a criterios poblacionales. Entre los integrantes destacados por aquellos trabajos o bien por acciones posteriores, destacan los nombres, además de Fray Servando Teresa de Mier, el de Miguel Ramos Arizpe, José Miguel Guiridi Alcocer (Presidente del Congreso en su instalación), José Cirilo Gómez Anaya, Carlos María de Bustamante, Manuel Crescencio Rejón, Lorenzo de Zavala, Valentín Gómez Farías, entre otros.

 Además este Congreso trasciende porque es el que permite iniciar el 20 de noviembre de 1823 el trabajo legislativo y parlamentario para la expedición del Acta Constitutiva, documento histórico aún vigente que marca el origen del sistema republicano, representativo y federal que aun rige en el país.

 En este proceso de la discusión del acta, es donde destaca la figura del Padre Mier, que representa a esta región, pugnando por la implantación de un sistema que evite los extremos del centralismo y del federalismo, tal como expone en su célebre discurso de las "profecías" y donde además promoverá la transformación del viejo "Nuevo Reyno" en el Estado Libre y Soberano de Nuevo León.

 Fray Servando proponía que se hiciese un solo estado con las 4 provincias internas de oriente y en ese sentido lo consultó ante las autoridades locales, las que en general dieron su aprobación.

 El proceso de discusión del Acta Constitutiva, particularmente en lo que se refiere a la formación de los nuevos estados continuó hasta el 29 de enero en cuya sesión se acordó que la antigua provincia de Santander, sería en adelante el Estado de Tamaulipas. En la discusión participó el Diputado Mier quien señaló que el Nuevo Reyno de León tenía muchos más merecimientos para convertirse en estado y que ante la aprobación de dicho acuerdo, el retiraba la propuesta de hacer un solo estado con las cuatro provincias y se pronuncia por que Nuevo León lo sea por sí mismo. El tema seguiría pendiente ante la inminencia de aprobar el acta constitutiva lo que ocurrió dos días después, esto es el 31de enero de 1824, fecha que marca el nacimiento de la República y el sistema federal y representativo de la nueva nación. 

  En el artículo 7 del acta se aprecia que la provincia de NL formaba parte del estado interno de oriente.

 Aquel documento básico de nuestro origen nacional fue acordado y firmado por los integrantes del Congreso General Constituyente entre ellos el diputado nuevoleonés que fue, Servando Teresa de Mier. Por cierto en el Acta Constitutiva que se comenta se menciona al diputado Mier como representante de "el Nuevo León", es decir ya sin hacer alusión al reyno y anticipando el nombre que meses después se daría a la nueva entidad.

 Con la expedición del Acta Constitutiva Nuevo León continuó formando parte del Estado Interno de Oriente. El Congreso General Constituyente continuó los trabajos legislativos, retomaría la revisión del proyecto de constitución el 20 de marzo y pronto de su seno surgirían nuevos acuerdos y decretos para la consolidación de la nueva república.

 La decisión del Congreso General Constituyente de reconocer el crecimiento y perspectiva de futuro, que para el crecimiento del México independiente, mostraba y proyectaba este terruño norteño, fue determinante para que el viejo Nuevo Reyno de León, fuese en lo sucesivo, por sí misma una nueva entidad federativa.

 En la histórica sesión del 7 de mayo de 1824, la Comisión de Constitución presentó a debate, el dictamen que contenía en el artículo primero la disposición de que en lo sucesivo Nuevo León formaría un estado. Al respecto intervino el diputado Servando Teresa de Mier, quien expuso las condiciones geográficas, demográficas, económicas y políticas por las que Nuevo León más que ninguna otra de las provincias aledañas merecía instituirse por sí mismo como estado independiente y soberano. Intervinieron además en la discusión el diputado José María Cabrera interpelando a la Comisión y a nombre de ésta el diputado Manuel Crescencio Rejón.

 El dictamen se aprobó como Decreto Número 45 siendo firmado por los ciudadanos Diputado Presidente José Cirilo Gómez Anaya y Diputados Secretarios, José María Jiménez y Luis de Cortázar.

 El decreto fue sancionado por el Supremo Poder Ejecutivo, representado por los ciudadanos D. Miguel Domínguez y D. Vicente Guerrero, siendo publicado por la entonces llamada Primera Secretaría de Estado que encabezaba el C. Lucas Alamán, esto ocurrió el 16 de mayo de 1824, fecha en que empieza a tener efecto la creación del Estado de Nuevo León.

 Al evocar en esta fecha el origen republicano de Nuevo León y recordar este hecho trascendente de nuestra vida como entidad federativa, libre y soberana, se recuerda también que fue en 1924, al cumplir el estado sus primeros 100 años de existencia republicana, cuando se instaló la primera piedra del Monumento que los integrantes de la Colonia Nuevoleonesa en San Antonio Texas, erigieron y que está ubicado en las calles de Calzada Madero y Diego de Montemayor.

 El monumento fue promovido por el Periódico El Nacional de San Antonio, Texas y por diversas personalidades entre ellas el periodista originario de Marín, Ignacio E. Lozano.

 A 200 años de aquel acontecimiento, es satisfactorio constatar que aquel acto legislativo que este año se recuerda y conmemora, fue la simiente de una entidad que en su devenir se ha consolidado, como un estado libre y soberano en su régimen interior, pero también como un estado solidario y corresponsable, con su papel como parte integrante de la federación.

 Desde luego son dignas de merecido reconocimiento las generaciones de nuevoleoneses que con su esfuerzo, con su decisión, con su voluntad de progreso y con su responsabilidad social, lograron edificar la pujante y vanguardista entidad que hoy es reconocida por propios y extraños.

 

  ¡¡Enhorabuena Nuevo León!!