Editoriales

¿Intervendrá Rusia en la elección del presidente de México?

Lo más sencillo es responsabilizar a Estados Unidos de todos nuestros males, así no aceptamos nuestros errores. Me inclino a pensar que los mexicanos en lo general y nuestros gobiernos en lo particular hemos sido responsables de una buena parte del problema socio económico que padecemos desde que somos nación soberana.

Y no podemos esconder que Estados Unidos ha sido parte importante de nuestra historia, pues detrás de cada conflicto interno, está oculta –y a veces abiertamente- la mano norteamericana. Pero también debemos reconocer que siempre ha estado el vecino fuerte como un gran mercado para nuestra mano de obra desempleada, nuestros productos agrícolas, y para dar refugio a muchos mexicanos perseguidos por las crueldades políticas o criminales de manufactura nacional. Ciertamente la guerra de 1846 fue para conquistar nuestros territorios por la fuerza, no para la reivindicación de una frontera entre Texas y México. El leitmotiv norteamericano ha sido siempre una dudosa justificación divina llamada Destino Manifiesto, que los gobiernos de Washington han empleado a su conveniencia. Por ejemplo, en 1914, Woodrow Wilson ordenó la intervención en Veracruz para “ayudar a que México encuentre su democracia”. Se supone que esta etapa intervencionista terminó en 1927 cuando Plutarco Elías Calles y Dwigth Morrow dialogaron para que Estados Unidos entendiera la historia mexicana moderna. Y se dice que desde entonces ya Estados Unidos ejerce “sólo” la hegemonía, pero no la coerción en nuestro país. Sin embargo, el intervencionismo político y económico norteamericano ha sido el pan de todos los años.

Ahora estamos peor que nunca, pues el presidente Trump está ansioso de ganar un enfrentamiento (los ha perdido todos) para demostrar que sigue siendo un hombre fuerte, y quiere que México sea su primera víctima. Sin embargo, uno de los aspectos favorables que tiene su administración es que se están publicando aspectos políticos internos que sólo intuíamos. Como por ejemplo este Rusiagate, puede terminar hasta en la caída del gobernante, pues hay pruebas y confesiones de intervenciones rusas en las elecciones de presidente en Estados Unidos.

Así que lo menos que nos preguntamos muchos mexicanos es: Si pudieron meterse los rusos hasta la cocina en el sistema electoral norteamericano ¿batallarán para hacer lo mismo en el mexicano? ¿en caso de intervenir a cuál candidato apoyarían? ¿Aceptaría Estados Unidos una intervención rusa en México? Me gustaría saber su opinión.