Internacional

De los arquitectos del “Rusiagate” el embajador británico que renunció por criticar a Trump

Le preguntaron al Presidente Donald Trump el domingo 7 de julio sobre las revelaciones sobre los cables confidenciales del embajador británico, sir Kim Darroch, en donde hace comentarios sobre él, respondió que el Reino Unido ha sido puros “problemas” para su Presidencia. “Ya saben, hemos tenido problemas con un par de países”, dijo Trump. “Y con el Reino Unido, con el embajador, ciertamente no hecho bien su trabajo. No somos fanáticos de ese hombre, y no le ha servido bien a su país, eso te puedo decir”.

Como se ha informado, los cables de Darroch hablan sobre la estrategia británica de “inundar la zona” en torno a Trump, para contactar a sus amigos dentro de la Casa Blanca y en especial fuera de ella, y promover la política británica y su estrategia a través de ellos.

En una entrevista que le hizo CBS el 13 de noviembre de 2018, Darroch promovió públicamente su línea de “inundar la zona”, cuando dijo: “los líderes británicos también reconocen la necesidad de comunicarse con el círculo del presidente fuera de sus asesores y utilizar Twitter más a menudo de lo que estamos acostumbrados”.

Ese enfoque suena familiar al modo en que la inteligencia británica se acercó a los asesores de la campaña de Trump en el 2016, en Gran Bretaña, y que se afanaron en hacerlos aparecer como que cooperaban con agentes “rusos”. Esas tácticas británicas hacen imperativa de inmediato una investigación de contrainteligencia por parte del Departamento de Justicia, sobre la interferencia británica en la política interna y en las elecciones de Estados Unidos.

Los cables de Darroch que ha publicado hasta ahora en el diario londinense Daily Mail, no incluyen el período de 2016. Pero un cable de junio de 2017 que cita dicho diario, deja en claro que Darroch estaba metido hasta las orejas en el Rusiagate: “Pudo haber habido una colusión activa entre personas asociadas a la campaña de Trump con la inteligencia rusa”, escribió en un mensaje a Londres. “En especial durante el período en que se dieron a conocer los correos hakheados a la campaña de Clinton. Financieros rusos corruptos pueden haber apoyado a las empresas de Trump y de Kushner cuando ambas estuvieron en peligro de bancarrota en las décadas pasadas”, escribió el embajador británico. Luego, como si fuera el guión que siguieron los fiscales, escribió a Londres que “los intentos de Trump por cerrar la investigación del FBI podría constituir una obstrucción a la justicia”.

El periodista del portal noticioso Newsmax, John Gizzi, proporcionó una opinión contraria de cómo imponía Darroch la política británica, y dice que: “Fuentes cercanas a la Oficina del Exterior británica”, le dijeron que las citas del Daily Mail están fuera de contexto o que se hace un uso indebido de ellas, y que en realidad, entre los diplomáticos, Darroch es un “partidario incondicional” de las actividades de política exterior de Trump. ¿Cuáles por ejemplo? Pues los ataques contra Siria, dice Gizzi, y la exigencia de Trump para que la OTAN aumente el gasto militar, por ejemplo. Y por lo visto, también la actual política belicista hacia Irán, porque las fuentes de Gizzi le afirman que Darroch solo criticaba Trump con relación a Irán en la primera mitad del 2017, cuando Trump todavía estaba en el plan de acción integral conjunto sobre el tema nuclear con Irán, el JCPOA (por sus siglas en inglés) y había certificado que Irán lo cumplía. Las fuentes le dijeron a Gizzi que Darroch “alentaba de manera sistemática a los funcionarios británicos y a la primera ministra Theresa May a relacionarse con Trump y con el gobierno, e insinuaba que estaban abiertos a puntos de vista nuevos e innovadores”. O sea, puntos de vista británicos, que por supuesto se refieren a la estrategia de “inundar la zona”.

El dirigente del Partido Brexit, Nigel Farage, pidió el domingo 7 que Darroch sea despedido. El parlamentario conservador Tom Tugendhat, que preside la comisión de asuntos exteriores del Parlamento, dijo que le ha pedido al jefe de la policía metropolitana de Londres, que inicie una investigación penal por la filtración de los cables diplomáticos, según informó la agencia AP. El ministro del Exterior, el parlamentario Alan Duncan, le dijo a la Cámara de los Comunes que habrá una investigación y que “si se encuentra evidencia delictiva, entonces sí la policía podría intervenir”.