En noviembre de 1910 Francisco I. Madero convocó a la Revolución Mexicana, un levantamiento de armas en contra del presidente Porfirio Díaz mediante el Plan de San Luis.
Para mayo de 1911, debido a la presión ejercida por los ejércitos rebeldes como Pancho Villa y Pascual Orozco en Chihuahua, y Emiliano Zapata en Morelos, Porfirio Díaz aceptó renunciar y partir para Europa. Firmó los Tratados de Ciudad Juárez, empacó y salió del país. Pero antes de irse, Porfirio Díaz sentenció con respecto a esta revolución:
“Madero ha soltado al tigre, habrá que ver si puede controlarlo”
Paul Garner. Porfirio Díaz, Del h´éroe al dictador, una biografía política. México, Planeta, 2007, p. 219