19/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Marzo 13 de 1915: llega a la estación de ferrocarril de Monterrey, Pancho Villa. José Doroteo Arango Arámbula es el nombre del revolucionario oriundo de San Juan del Río, Durango, un campesino sin tierra que, de criminal fugitivo antes de la revolución mexicana, pasó a ser un importante militar. Es preso en 1912 por Victoriano Huerta, acusado de formar parte de la rebelión de Pascual Orozco, pero escapa de prisión y se va a Estados Unidos, para regresar en 1913 a formar su épica División del Norte, sumándose a Carranza contra el mismo Huerta, asesino de Francisco I. Madero. Sin embargo, al derrocar a Huerta, Villa y Zapata terminaron enfrentados ahora con Carranza, quien tenía en el general Álvaro Obregón a su brazo armado.

Es en ese contexto de enfrentamientos con Obregón que se realiza la visita de Villa a Monterrey, pues requería de apoyos económicos y en esta tierra había industriales y comerciantes prósperos. Al día siguiente de su arribo, ya estaba platicando con un centenar de empresarios para dar continuidad a la breve charla que con diez de ellos había sostenido el día anterior. La reunión se celebró en el Palacio de Gobierno que había inaugurado Bernardo Reyes un lustro antes, así que en ese elegante escenario el afamado caudillo les “solicitó amablemente” un donativo para las causas revolucionarias y humanitarias -un millón de pesos- pero los empresarios sólo reunieron 280 mil pesos, lo que molestó a Villa. Sin embargo, gracias a los buenos oficios del gobernador convencionista Raúl Madero –hermano de Francisco I. Madero-, no hubo fusilamientos como acostumbraba Villa, ni siquiera el de Carlos Cantú Garza, presidente de los comerciantes organizados de Monterrey, ejecución que había sido ordenada directamente por el Centauro del Norte.

En esa época revolucionaria, nuestro estado cambiaba de gobernante de acuerdo a la política nacional, pues era el reflejo inmediato de los cambios en el centro del país. En ese mismo año, el lampacense Antonio I. Villarreal había sido gobernador gracias a la corriente flores-magonista dentro del carrancismo, y las fuerzas de la Convención impusieron a Madero en la gubernatura. En resumen, el trago amargo para los empresarios “donadores de recursos” duró en total once días (24 de marzo), pues Villa hubo de retirarse ante el avance de las tropas de Obregón y no hubo represalias que costaran vidas. Villa marchó a Celaya a enfrentar a Obregón, quien lo derrotó. La revolución continúa y Villa tras su incursión en Estados Unidos atacando la población de Columbus, hecho que recientemente describimos en este espacio, se convierte en leyenda, para morir asesinado el 20 de julio de 1923 a la edad de 45 años.