28/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Marzo 18 de 1890: Recibe la empresa ASARCO Nuevo León (American Smelting and Manufacturing Company Limited), la segunda del giro de fundición metalúrgica que se establece en Monterrey, una exención de impuestos del gobierno de Bernardo Reyes con vigencia de 20 años. Este tipo de estímulos fiscales fueron determinantes para que se instalaran en la Ciudad varias industrias de las llamadas pesadas, y muy pronto, para 1892, había en nuestra Ciudad unas 20 industrias, que representaban una inversión de 20 millones de pesos, generando empleos para mil 276 personas. Esto fue tan solo el pie de cría, pues para 1903 los capitales de la industria pesada eran del orden de 80 porciento regiomontana de la inversión total, es decir, los empresarios locales le apostaron fuerte a la industrialización de nuestra entidad. Para el día 14 del mes de abril de 1891, la planta ya estaba terminada, aunque sólo funcionó algunos meses, pues en septiembre de 1892 aparecía en el periódico, ‘La voz de Nuevo León’ la noticia de que la planta había cerrado. En cambio, otra empresa muy parecida, llamada American Smelting and Refining and Refining Co., operaba en el año de 1909 un capital de diez millones de pesos. Monterrey despegó como ‘La capital industrial de México’, en el periodo posrevolucionario, cuando se indexó su crecimiento industrial al fenómeno económico conocido como El Milagro Mexicano, catapultando la economía regiomontana, que terminó dando por resultado que el área metropolitana haya llegado a ser la segunda del país, tan solo después de la Ciudad de México.