28/Mar/2024
Editoriales

Resolución de Unidad Nacional

El resultado de las elecciones generales en los Estados Unidos nos fue desfavorable, según los antecedentes. En mi artí­culo anterior escribí­: "En caso de que gane Donald Trump, acordar con todos con quienes podamos que respaldaremos pública y notoriamente a nuestro Presidente Enrique Peña Nieto, con la única condición de que proceda a defender los intereses nacionales con el criterio y la voluntad únicos del bien común, sin inclinarse jamás ante ningunos intereses privados nacionales, ni mucho menos extranjeros, y sin apartarse de lo justo y lo correcto por temor a cuáles puedan ser para él las consecuencias en lo personal".

Luego explicaba que esta exigencia incondicional de moralizar el manejo de los asuntos públicos no sólo es imprescindible a nivel nacional, sino también y sobre todo a nivel mundial, principalmente por la necesidad imperiosa de empezar a lidiar contra el calentamiento global y por la conservación del medio ambiente biológico. Ambos fenómenos, causados por los seres humanos, acaban de entrar en una fase tan catastrófica que los geólogos de todo el mundo, en su reunión que tuvieron el Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el pasado 29 de agosto, decidieron que a partir del año de 1964, cuando se acababan de acumular, en una fina capa alrededor de toda la superficie del Planeta, los deshechos atómicos producidos a partir de 1945 por una serie de usos y de pruebas de bombas atómicas y de hidrógeno, considerarán que el mundo ha entrado en la nueva época geológica a la que llamaron "Antropoceno" ("Recientez debida a los Humanos").

Para resaltar cómo la actividad de la humanidad ha acelerado enormemente el cambio de las épocas geológicas, Jeremy Davies, en su libro "The Birth of the Anthropocene", nos hace ver que la época anterior, el Holoceno, duró sólo 11,700 años, pues comenzó al principio del presente perí­odo interglacial, poco antes que los humanos desarrollaran la agricultura y la ganaderí­a y luego procedieran a crear civilizaciones de primera, segunda y tercera generaciones, una de las cuales, la Occidental, culminó en la Revolución Industrial, que luego se extendió a todo el mundo. La época anterior al Holoceno, el Pleistoceno, duró 2,850,000 años, desde que se formó el Istmo de Panamá y se modificaron las grandes corrientes marinas de "El Golfo (de México)" y El Niño, siendo esa la época de las especies homí­nidas anteriores al homo sapiens. La época anterior a esa, el Plioceno, cuando unos primates africanos adoptaron la postura erguida y viví­an en grupos carroñeros, los australopitecos, duró cerca de cinco millones de años; todas las época anteriores de la Era Cenozoica duraron más de diez millones de años: Así­ que los humanos hemos acelerado los cambios geológicos más de mil veces, causando la 6ª Extinción de animales grandes y una reducción considerable de selvas y de bosques, con trazas de seguir acelerando nuestro dañino impacto.

Si la atención de los Estados Unidos, bajo la Administración de Donald Trump, se va a concentrar en cosas tales como expulsar a 11 millones de inmigrantes ilegales, construir un muro fronterizo, revisar todos sus tratados comerciales y militares, concentrándose egoí­stamente en sí­ mismos, podemos imaginarnos la poca o nula atención que el Presidente Trump le prestará a tomar medidas protectoras que reduzcan, en la industria y la generación eléctrica, las emisiones de bióxido de carbono (CO2) a la atmósfera o proteja a las muy deterioradas floras y faunas marinas y terrestres en todo el mundo, ni que le vaya a quitar el sueño el hecho de que hace 52 años hayamos entrado a la época geológica del Antropoceno.

Entonces ¿Para qué obrar con firmeza los mexicanos? ¿No serí­a mejor doblar el espinazo y regatear el menos duro trato que podamos? Claro que debemos negociar y bien, pero erguidos y firmes, de modo que la forma en cómo valoremos las prioridades, sirva de ejemplo a todos los demás paí­ses: La palabra jala, pero el ejemplo empuja.-

Atte.- JVG.- 09-11-16.