Ucrania ha acusado al Kremlin de saquear casas vacías en la ciudad de Jersón, ocupada por Rusia y de llenarlas de soldados vestidos de civiles.

Kiev afirma que se trata de una estrategia para los combates en las calles que tendrán lugar en la que ambas partes creen que será una de las batallas más importantes de la guerra.

En los últimos días, Rusia ha ordenado a los civiles que abandonen la ciudad. Kiev ha calificado esa decisión de deportación forzosa, algo que implicaría un crimen de guerra.

Las últimas imágenes publicadas por funcionarios ucranianos pro rusos muestran el último de los barcos que lleva a los habitantes a la orilla izquierda del río Dnipro. Con lo que dan por terminada la evacuación.

Algunos relatos de la vida bajo la ocupación rusa de quienes han huido hablan de tener que esconder sus teléfonos de las tropas y de la imposibilidad de contactar con el mundo exterior. Rusia ha impuesto la ley marcial y ha restringido las comunicaciones en cuatro regiones ucranianas que proclamó como propias en septiembre.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha dicho que 80.000 soldados que forman parte de su campaña de movilización están luchando ahora en Ucrania. El ejército ucraniano, por su parte, afirma que se está acercando a Jersón... El objetivo: destruir la logística y la cadena de suministro rusas, haciendo inviable su presencia allí.