18/May/2024
Editoriales

El yogurt es riquísimo

El yogurt viene de Turquía, o de Bulgaria, o de Asia Central, y se trata de un alimento extranjero muy antiguo que llegó para quedarse en nuestro país. Su elaboración es sencilla. Originalmente la leche fresca se transportaba en bolsas o sacos de piel de cabra, y con el calor reaccionaba multiplicando las bacterias ácidas que la fermentan. La masa semi sólida y coagulada sólo se vaciaba a otro recipiente y los residuos que quedaban en el cuero ayudaban a que la nueva leche igual se fermentara. Sin embargo, interesante  ángulo es su comercialización por tratarse de un alimento perecedero, que no podía venderse lejos de donde se producía, pues el tiempo del transporte le hace daño a su calidad. Pero cuando llegó la revolución industrial, las distancias entre productor y consumidor se hicieron más grandes y en el caso del yogurt no podía esperarse menos, así que le agregaron conservador suave para retrasar el proceso de caducidad. En Barcelona, España, Isaac Carasso y Jéssica Reig fundaron una empresa fabricante de yogurt con el nombre de Danone en 1919. La bautizaron con ese patronímico familiar porque así se conocía a su hijo Daniel desde que era bebé. El éxito de Danone es haber cambiado de ser un producto medicinal a capricho, pues los beneficios para la salud son menos importantes para la vanidad que la moda. Claro que también le incorporaron fruta, pero ese truco ya lo hacían varios fabricantes. Sin embargo, lo que más ha influido en el éxito de Danone, es que ha realizado muy bien su marketing pues sus anuncios han tenido el tino de ir cambiando para adecuarse a cada generación de consumidores. Al principio se trataba de una empresa bienhechora que velaba por la salud de niños y madres. Después fue la empresa deportiva que cuidaba del cuerpo de los adultos. Un padre de familia trajeado y conduciendo una bicicleta rumbo a trabajo. Después llegó la empresa hedonista de “Los cuerpos Danone”. No existe el trabajo ni las responsabilidades, sólo existe el placer y la belleza. Danone se dio el lujo de adquirir la láctea búlgara Sérdica y como ya la autenticidad no es el lugar de origen del producto ni el comerciante de la tienda, sino una empresa productiva con tantas personalidades como sean necesarias para que los clientes se entusiasmen, Danone ha superado a su competencia en el mundo, al “ser búlgaro”. En lo personal me gusta tomar yogurth acompañado de frutas, pues desde que era pequeño, mi padre me llevaba a un restaurante que se ubicaba a unos metros de su farmacia que tenía por la calzada Madero entre Pino Suárez y Rayón, que se llamaba Restaurante Ritz, y era de un matrimonio de personas mayores de nacionalización búlgara, que preparaban unas galletas que acompañábamos con un yogurt de especial sabor que sabían ex – qui – si - tos a la hora de la merienda.