15/May/2024
Editoriales

Los asalta bancos usan sombrero

Portar sombrero es ancestral costumbre en nuestros pueblos del noreste, pues en toda la región aridoamericana hay mucha riqueza en materia solar. 

Todavía hasta mediados del siglo pasado, usarlo en la Ciudad era un signo de elegancia entre los varones mayores de edad, mientras los jóvenes se ponían gorras con viseras para protegerse de los rayos solares.

Hoy día causa extrañeza que alguien porte sombrero, pues ‘pasó de moda’ porque generalmente vivimos resguardados de los rayos solares.

En cambio, entre la juventud ahora está en boga traer una ‘gorra beisbolera’ con motivos tan diversos como la imaginación alcance; hasta los cantantes famosos las usan durante su actuación.  

Los recuerdos infantiles de nuestra generación son plenos de imágenes de señores que portaban sombrero, pero tan bonita prenda no nació en nuestra nación ni en tiempos recientes, pues se utiliza desde hace siglos. 

En la Grecia de los siglos V adC. se usaba el sombrero de ala ancha, que cuando no se colocaba en la cabeza, se colgaba con un cordón en la espalda. 

El Pileus (signo de liberación del esclavo portador de uno) y el Petasus (Sombrero de ala ancha) eran la moda porque, además de proteger del sol y la lluvia, su color blanco -por elaborarse de fieltro y lana-, se usaba como complemento del vestido. 

El poeta Sófocles, en una de sus obras, narra que Ismena, hija de Edipo, usaba un sombrero cuando escapó de Tebas y se encontró con su padre en Atenas. 

Aunque inició siendo usado sólo por hombres, las mujeres comenzaron a portar un sombrero como signo de elegancia al grado de que los varones usaban pelucas como signo de distinción con ellas.

John Etherington, un mercero inglés, inventó en 1797 el sombrero de copa que al principio fue muy criticado; se le veía como una nueva prenda negra y alta como chimenea.

Etherington fue acusado de escandalizar en público, porque la gente se arremolinaba para ver su sombrero.

Una vez normalizado su uso, apareció el sombrero de dama, que se llamaba fedora –por una comedia francesa de 1882-, de ala flexible y un surco al centro.

Se puso de moda en Inglaterra y en toda Europa, pues las mujeres querían portar una fedora con plumas, con velos, y con cuanto adorno se le ocurría al diseñador.

Un amigo mío al que apodamos ‘el vaquero sin vacas’ extrañamente usa sombrero tejano elegante y color negro, tal como hacen los músicos gruperos cuando actúan . 

Una vez quedamos de vernos en un banco que se ubica en el mero centro de Monterrey, para presentarle al gerente con quien tenía yo muy buena relación, y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, ambos llegamos unos minutitos antes de que abrieran.

Resulta que cuando nos acercamos a la puerta de entrada que era de vidrio, vi claramente que el guardia hizo un movimiento instintivo de llevarse la mano a la pistola.

Luego de que nos identificamos, el guardia se disculpó pero no supo explicarnos por qué se asustó cuando vio llegar al banco a un tipo con sombrero negro. 

Seguramente este gendarme había visto la película Butsh Cassidy en la que los sombrerudos Paul Newman y Robert Redford asaltaban bancos.