19/May/2024
Editoriales

¿A quiénes benefician las guerras?

En plena Era de las Comunicaciones, hoy día no sabemos si estamos inmersos en una guerra bacteriológica. La pandemia del Coronavirus fue tan advertida desde hace un lustro, que la lógica indica que su rapidísima expansión por todo el planeta no es casual. Hay elementos que indican una inducción en varios puntos estratégicos, sobre todo los neurálgicos de la economía occidental. 

Las guerras “tradicionales” nos enseñaron muchas cosas, la humanidad vio cómo se derrumbaban emporios e imperios, pero también cómo nacían nuevos más grandes y poderosos. En esta que hoy sufrimos, suponiendo que se comprueba que es una guerra bacteriológica, hasta el final se sabrá quién en realidad salió ganando.

Por ejemplo, al término de la Primera Guerra Mundial cayeron al menos tres imperios, pero nacieron de otros tantos. Al acabar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos debía transformar su industria bélica en productiva y reintegrar a sus soldados a la vida normal. La solución al primer reto fue crear la industria de bienes duraderos, o “comodities”, como la construcción y la fabricación de artículos para el confort ciudadano. Y para reintegrar a sus tropas a la sociedad, se incrementaron los salarios a los varones para que las mujeres regresaran a casa para atender a la familia, cuyos valores morales se estaban diluyendo. Así renació el interés religioso pero comenzó una cacería de comunistas, desarrollándose el Sueño Americano. Porque se debía mostrar al mundo que Estados Unidos era el país de las libertades, en contraste del “asqueroso estalinismo ruso”. Se incrementó la capacidad adquisitiva del trabajador, promoviendo los buenos salarios a los trabajos eventuales, con suficiente tiempo de ocio para que proliferaran el arte y los deportes. Al mismo tiempo se avanzó mucho en la ciencia, como con el inicio de trasplantes de órganos vitales, al tiempo que las diversiones crecían desorbitadamente con la inauguración de Disneylandia, y la revista Play Boy, para cubrir todas las edades. El fenómeno Elvis Presley desembocó en una juventud buscando emociones fuertes, naciendo una nueva sociedad, con variantes que van desde un impulso a la ciencia hasta la frivolidad extrema. Allí nace la enorme diversidad en el gran país de Norteamérica que hoy conocemos, en el que hubo nuevas expectativas de crecimiento económico para amplios segmentos de la sociedad estadounidense. Alguien escribió que las guerras propician renovaciones sociales, así que desde entonces, no dejan de participar en todas las guerras del mundo. Pronto sabremos qué papel desempeñaron en esta guerra - tragedia mundial, si fueron víctimas o villanos.