16/May/2024
Editoriales

La UANL y la flama de la verdad

Ahora que la Universidad Autónoma de Nuevo León está celebrando el 84 aniversario de su fundación, hablaremos de su Escudo. El Ecudo de la UANL data del año de l948 y sus autores son dos destacados universitarios: el doctor Enrique C. Livas y el arquitecto Joaquín A. Mora. Este Escudo contiene una antorcha, elemento que ha sido la base de la escultura realizada por Edmundo Ayarzagoitia Graham, la cual se levanta en la explanada central de Ciudad Universitaria, junto a la Capilla Alfonsina y la Torre de Rectoría.

 

El Escudo es símbolo que representa a la Universidad. Es identificación e identidad. Precisa el ideario de la Institución, en su forma más íntegra y abstracta y contiene la expresión gráfica que simboliza dicho ideario.

 

Según los autores del Escudo y de acuerdo con el lema de la Universidad, conviene sentar el principio de universalidad y hacer a un lado toda idea que signifique limitación o restricción de la libertad del pensamiento y acción del hombre.

 

ASPIRACIÓN

DEL HOMBRE

 

En la sesión del Consejo Universitario celebrada el tres de diciembre de l948, el doctor Livas y el arquitecto Mora presentaron  su proyecto y señalaron que la idea fundamental de un símbolo o lema universitario debe ser de tal fuerza de extensión y de tal amplitud, como valor auténtico de la cultura, que pueda ser valedera en cualquier lugar, en cualquier circunstancia y en cualquier momento, como meta y aspiración suprema del hombre.

 

"La idea que nos parece más apropiada --agregaban-- para expresar la universalidad, como más significativa de unidad en todos los hombres, en todas las épocas de la historia y en todos los lugares del mundo, es la idea de la verdad... Siendo la verdad un concepto que por su misma universalidad tiene los caracteres de lo eterno, jamás podrá sentirse que se tiene íntegra, como aprehensión del intelecto humano. Significa, por lo tanto, lucha inmanente en su busca y ésta constituye, a no dudarlo, la más segura vía de superación del hombre y su más noble, digna y específica ocupación."

 

En resumen, los autores sintetizan esta fórmula en dos palabras: universalidad y verdad, como aquello que debe constituir la esencia ideológica de la Universidad y como sendero capaz de conducirla a la consecución de sus fines: buscar siempre la verdad y luchar porque esta resplandezca en todos los ámbitos del mundo.

 

LA FLAMA ES

LUZ Y PUREZA

 

¿Cómo representar la idea gráficamente?

 

Para ello eligieron la flama --símbolo universal de luz y de pureza, de actividad perenne, de proceso vital-- la cual representa la verdad. Sin embargo, aclararon que no se trataba de la llama de la pasión humana, que es negación de la luz del entendimiento; tampoco del fuego que destruye, que aniquila, que daña o que lesiona.

 

"Es el fuego que vivifica, que da pureza y que ilumina, el que proponemos como parte de nuestro símbolo y por ello lo hemos expresado con una antorcha flamígera, añadida de unas líneas elípticas, entre las cuales irrumpe el fuego de la verdad y que expresan la idea electrónica, con miras a reforzar la intención del conjunto --fuego y átomo-- hacia la universalidad y carácter perenne del concepto que constituye la esencia ideológica que proponemos."

 

Coincidente con este Escudo, el arquitecto Edmundo Ayarzagoitia Graham elaboró una escultura, la cual --como hemos dicho-- se encuentra en la explanada central de la Ciudad Universitaria.

 

En diálogo con Edmundo, en su momento, nos comentó: "Elegí la antorcha como la forma del símbolo: Es en sí misma imagen de excelencia y de universalidad. Representa el sentido unitario de humanidad; es, además, símbolo olímpico y con ello Universal; arquetipo de la lucha limpia, de la competencia constructiva, del avance y relevo de las culturas. Símbolo de continuidad histórica y de las civilizaciones del mundo. Recogí el sentido de todos estos significados enaltecedores y los fundí al lema y emblema universitario, logrando así la exaltación de lo mismo que buscaba."

 

En forma paralela eligió el acero como material escultórico, pues se ofrecía ideal para representar reciedumbre, solidez y sobriedad. El acero es muy regiomontano, significa nuestras raíces: industrias, chimeneas, calderas, fuego vivo, trabajo y pan.

           

Aunque se trata de una escultura unitaria, durante un recorrido a su alrededor se pueden descubrir varias antorchas. En un punto es una gran chimenea: Antorcha Industrial, con la flama en flexión casi extraída del Escudo de Nuevo León. En otro punto es Antorcha Olímpica con el mástil y pebetero cerrados y la flama en brío impulsada por la marcha del atleta. En otro --por analogía formal-- es Antorcha de las Culturas del Mundo, en transformación permanente, nunca estáticas, inacabadas, plurales, interrumpidas, coincidentes en su forma más no en su medida, imagen de las culturas del oriente y de occidente.

 

LA ANTORCHA

UNIVERSITARIA

 

Y por último, o en primera instancia --como se quiera-- aparece la Antorcha Universitaria frontalmente expuesta y con su interior abierto. "Para exaltar el valor 'Veritatis' decidí, abrir, partir el símbolo mismo y dejarlo así... expuesto, es la verdad misma vista por adentro. Represento con ello la interminable tarea del hombre en la búsqueda ascendente de la verdad, expresa su espíritu de investigación y ciencia... Su vocación ineludible de ver las cosas por adentro, de buscar, de desentrañar, de encontrar.

 

Existe entre las dos secciones del mástil un espacio interior. El espacio donde se alienta el fuego de la verdad, el espacio "Flammam". El alma misma de la escultura: "el espacio del fuego" representado en una gama de colores que va del rojo al naranja y de éste al ocre, desvaneciéndose para "encenderse" nuevamente hasta rematar en el gigantesco pebetero que alberga las llamas que coronan la obra.

 

LA DUALIDAD

DEL UNIVERSO

 

Este efecto adquiere toda su fuerza por la noche, cuando el gran mástil de acero se ilumina transformándose en una vigorosa columna de fuego, abierta y encendida a toda su capacidad. "Este espacio interior encendido --escultura inmaterial-- que es el alma de la escultura misma, pretende representar los valores inmateriales del espíritu, el Alma misma de la Universidad, su "Alma Mater", escultura fraguada de espacio, lo intangible de ella, pero su presencia viva y significante."

 

Como escultura en sí, toda la obra pretende hacer palpable el sentido de dualidad del Universo mismo: Cuerpo y Alma, Espíritu y Materia, Forma y Fondo, lo Tangible y lo Intangible, lo Ético y lo Estético, Arte y Ciencia, Humanismo y Tecnología.

 

Tal es, en síntesis, el significado de esta obra que conlleva la idea de contener el "todo", esencia de la Universalidad.