19/May/2024
Editoriales

Las tres bardas

 

Un discípulo llegó muy agitado a la casa de Sócrates y sin mayor preámbulo le dijo:                                

   _Maestro, quiero contarte cómo un amigo estuvo hablando muy mal de ti...

Sócrates lo interrumpió diciéndole:

_Tranquilo, antes dime si lo que me vas a decir ya lo hiciste pasar a través de las tres bardas.

_ ¿Cómo? ¿Cuáles son las tres bardas?

 _Sí, reiteró Sócrates. La primera es la verdad.

¿Ya revisaste cuidadosamente si lo que me quieres decir es totalmente verdad en todos sus aspectos?

_Bueno, en realidad no me consta, pues no lo escuché, pero me lo dijo un amigo que es de fiar...

_ Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda barda, que es la bondad. 

_ ¿Me preguntas que si eso que dijo de ti es bueno?

_Realmente no es bueno, sino todo lo contrario...

 

_Ah, interrumpió Sócrates, entonces veamos la última barda... ¿es necesario que me lo cuentes?

_Bueno, maestro, tanto como necesario, no; pensé que te interesaría....

 

_Entonces -sonrió el sabio-, si no es verdadero, ni bueno, ni siquiera necesario,

Olvídalo ...

 

Cuento popular europeo, versión libre mía