Espectáculos

Italia ganó el festival Eurovisión

ROTTERDAM  - La banda italiana de punk-rock Maneskin ganó el sábado la 65ta edición del festival de la canción Eurovisión con el tema "Zitti e buoni", tras cosechar 524 puntos, que dejaron a Francia y Suiza en el segundo y tercer puesto.

Ahora, el país se prepara para albergar el concurso el año próximo.

La banda romana estaba en cuarto lugar tras el voto del jurado, pero remontó sobre Suiza, Francia y Malta gracias al voto de los televidentes. Maneskin llegó a Eurovisión tras haber ganado la 71ª edición del Festival de San Remo. El grupo se formó en el año 2016 y su fama comenzó tras su participación en 'Factor X' Italia en el año 2017, aunque los componentes del grupo se conocieron cuando eran estudiantes de secundaria

Maneskin, integrado por una mujer y tres hombres, lleva el concurso a Italia después de 31 años: son los terceros artistas de la península que vencen la competencia europea después de Gigliola Cinquetti, en 1964, y Toto Cutugno, en 1990.

El gobierno italiano felicitó a los ganadores la noche del sábado a través de la cuenta de Twitter oficial de la Presidencia del Consejo.

"¿Dormir? Realmente no lo pensamos. Pasamos la noche juntos celebrando y pensando en los últimos años.

En todo lo que logramos", decía el posteo.

 "Estamos honrados. Fue todo una locura. El voto del público nos premió, para nosotros, significa sinceridad. Son ellos los que vienen a nuestros conciertos", dijeron los jóvenes a ANSA.

Pero no es todo, anuncian los artistas.

"Ahora, apuntamos al festival de Glanstobury (en el Reino Unido, ndr) y luego a todos los planetas del sistema solar", bromearon.

Eurovisión, creado en 1956 para fomentar la paz y la unión tras la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un deslumbrante espectáculo anual, donde abundan la brillantina, los trajes locos y los personajes extravagantes.

En los '50, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) —con base en Suiza— puso en marcha la idea de un festival de la canción internacional donde todos los países pudieran participar en un programa de televisión, que sería trasmitido simultáneamente, un proyecto sin duda ambicioso que tuvo un éxito rotundo.

No solo por haberse convertido en el programa televisivo más antiguo que todavía se transmite (en 2015 recibió el Récord Guinness) sino porque tiene fanáticos en todo el mundo, que esperan su celebración cada año.

En total, 182 millones de personas en toda Europa vieron el evento, según la Unión Europea de Radiodifusión.

Por primera vez, en 2020, la cita de Eurovisión no tuvo lugar debido a la pandemia de coronavirus. Tal vez por eso, este año el encuentro volvió a tener un espíritu de unidad y de encuentro como en sus primeras ediciones.

El evento regresó pero con público limitado y burbujas sanitarias. Incluso los concursantes estuvieron confinados en sus hoteles -solo salían para los ensayos y para su presentación en el escenario- y eran sometidos a regulares test de Covid-19. Apenas 3.500 espectadores, que se realizaron hisopados, fueron autorizados a asistir a la semifinal, la final y los seis ensayos generales: es solo el 20% de la capacidad de la sala de espectáculos Ahoy Rotterdam de la ciudad holandesa homónima.

La edición 2021 del festival no se alejó de la tradición: baladas que son clichés, canciones explosivas, personajes extravagantes, coreografías estudiadas y trajes muy creativos, con plumas y brillantina. Eurovisión sigue siendo un festival encantadoramente extraño.