Los conflictos magisteriales, pues los hay de varios tipos, están poniendo en evidencia las cosas básicas que nos faltan para poder para poder funcionar eficientemente como nación: De la impotencia para solucionarlos va aflorando una serie de fallas que se van condensando en una sola falla básica común, muy grande y muy difícil: Hay una falta de confianza corrosiva de unos mexicanos en otros. Desconfían los pobres de los ricos, los sindicalizados de sus líderes, de la población pacífica por sus guardianes policiacos y judiciales, los ciudadanos de los partidos políticos, aún de los de su preferencia y, en general, del pueblo para con su gobierno.
¿Por qué esta desconfianza? Son polvos de aquellos lodos: Es la secuencia natural del convencimiento de todos los que "quieren subir" de que la mejor manera de triunfar en lo personal, aunque se hunda lo público, es la de aprender la técnica de mentir habilidosamente, es decir de saber soslayar las malas consecuencias naturales de mentir a base de formar una red de componendas, que convierte a "los listos" en mutuas tapaderas: Ese es el fondo del problema.
El resultado práctico es que el gobierno carece de negociadores de buen fe, es decir personajes que tengan a la vez autoridad suficiente, digamos en el gobierno federal, y que al mismo tiempo tengan la formación ética y el valor suficiente para llevar a cabo negociaciones difíciles, cada uno guiado sólo por la búsqueda del bien común, siendo sordo e inaccesible a la atención de intereses personales de quienes componen la pirámide política y empresarial ¡Que él mismo tuvo que escalar para llegar al puesto que tiene!
¿Qué debemos hacer? Necesitamos urgentemente que alguien ponga el ejemplo, que alguien tenga el impulso de valor y virtud para mostrar que la mayoría de los conflictos pueden zanjarse si se actúa de buena fe. El conflicto magisterial aquí en Nuevo León parece dar alguna oportunidad de darnos ese ejemplo: A) La Reforma Educativa Federal tiene razón en querer valorar a los maestros por medio de exámenes de competencia; B) Los maestros locales tienen razón en que la Ley Laboral les otorga el derecho de considerar las compensaciones como parte integral de sus salarios, y que la Reforma es defectuosa en no tomar eso en cuenta; C) El Gobierno del Estado de Nuevo León está en buena posición para lograr con el magisterio local (no necesariamente con sus líderes) un acurdo en que ellos acepten los exámenes a cambio de que el Estado sea el valedor de sus derechos ante los Poderes Ejecutivo y Judicial Federales.
Así que, señor Gobernador don Jaime Rodríguez Calderón, usted es la persona que está en la mejor posición no sólo para resolver este importante asunto que afecta a 48,000 maestros, que ya sería en sí un gran logro, sino en poner la muestra de una negociación en búsqueda directa del bien común, porque ya metido por ese camino el logro principal sería el de procurar la mejora en la calidad y cantidad de la educación pública aquí en Nuevo León, como ejemplo para toda la República.
La mejora en la educación nos daría una mejor ciudadanía y eso un sistema democrático más plenamente vigente y, eso, a su vez, un más alto nivel de vida ¿Qué todo eso no deja de ser sólo un sueño de verano? Pero ya sabemos que si la predicación puede mover multitudes, el ejemplo puede "mover montañas".
Atte.- JVG.- 06-07-16