15/May/2024
Editoriales

El agua, es EL TEMA de Monterrey

Hoy es el Día Mundial del Agua. Todos los temas son importantes para nuestra Ciudad, pues su gigantismo urbano la hace vulnerable en muchos frentes, como son la seguridad, las energías, la vialidad, el comercio, etcétera, pero antes de todos ellos, el agua es el tema de Monterrey, lo fue para su fundación, ahora lo sigue siendo, y lo será siempre, así sea por su escasez o su exceso. 

Actualmente se abastece de tres embalses que llamamos presas y una cuarta presa está en construcción. Además la Ciudad toma agua de pozos profundos ubicados en una zona desértica que en la edad de hielo fue glaciar, y extrae líquido de galerías cercanas.

Don Diego de Montemayor y sus acompañantes, en su calidad de entusiasmados fundadores de la Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora Monterrey, seleccionaron un lugar que cumplía los requisitos de las Leyes de Indias y las Ordenanzas, entre los cuales destacaba que hubiese recursos naturales de agua para usos humanos, agrícolas y ganaderos. 

Y los había. Pero muy pronto los reineros aprendieron que la relación entre la Ciudad y el agua sería determinante. Para empezar, apenas unos cuantos años de su fundación, en 1612, se desbordó el Río Santa Lucía y la destruyó, por lo que Monterrey se reubicó al Sur, a una cota más alta, en torno de la Plaza Zaragoza (Plaza Mayor o de Armas), trazándose una nueva red de acequias que nutría los centros agrícolas cercanos. 

Pero en 1782 surgió la primera crisis hídrica, causada por el aumento de población que trajo también problemas sanitarios. Porque el líquido de los Ojos de Agua se contaminaba al llegar al Barrio de Tenerías, pues acequias y ríos se usaban como drenaje y vertedero de desechos. 

Ante la escasez de agua, los regiomontanos respondieron con Ingeniería, construyendo las dos primeras grandes obras de infraestructura hidráulica:

Un sistema de captación de agua de lluvia con escurrimientos del Cerro del Obispado y unos ojos de agua cercanos, que alimentaba la Ciudad con un acueducto y “Cajas de agua” para tomar agua sólo para beber y cocinar.

Más la construcción de dos presas o Diques – Puentes, en la actual calle de Escobedo, llamada ‘Presa Chica’, y otra por Diego de Montemayor, la ‘Presa Grande’. 

Con estas obras, la producción alimenticia se recuperó. El agua era, como siempre lo ha sido para Monterrey, elemento agridulce e indispensable. Digo agridulce porque cuando llueve en abundancia hay para todas las necesidades, pero es tanta que desborda arroyos y ríos, y antes se encharcaba en las calles formando lodazales que, al llegar los tiempos de estiaje aparecían enfermedades mortales por la insalubridad. 

La Ingeniería Civil tiene los proyectos de enormes obras para traer contener las grandes avenidas de agua y para traer líquido de fuentes lejanas o tratar agua del mar, o para continuar tratando las aguas hasta convertirlas en potables. Pero en cualquier solución técnica, el aspecto económico es determinante, y mientras no se resuelva cómo abastecerse de dinero grande, no puede haber una solución definitiva a El Tema de Monterrey.