Miguel Mancera aprovechó un foro de empresas de la construcción para lanzar el ataque de que “con aspirinas” no se va a poder reconstruir la CDMX que requiere una “reconstrucción mayor” y no meras píldoras para “dolor de cabeza”.

  Dijo que la CDMX tiene un “fondo local” de 3,000 mdp pero que están esperando “respuestas claras de la Secretaría de Hacienda” respecto a fondos federales.  Agregó que “tengo campamentos de los damnificados del terremoto del 85 todavía en la ciudad…son gente que ha vivido 32 años literalmente en la calle y eso no lo vamos a permitir otra vez”.  Por su parte, José Antonio Meade compareció ante el Senado y dijo que existe una “arquitectura fiscal responsable” para hacer frente a la situación y que ya hay un fondo de 6,500 mdp para “créditos hipotecarios” que otorgará la Banca de Desarrollo.  Del Fonden habló sólo de 2 mil mdp que ya se han utilizado y agregó los 150 millones de dólares del “bono catastrófico” pero que aplica sólo para los daños causados por “el terremoto de 8.2 “  y no del de 7.1 que devastó a la CDMX.  

   Mancera también exigió que la SHCP defina cómo se va a “reajustar el presupuesto” para liberar recursos para la reconstrucción, pero Meade no ha dicho nada al respecto.  Lo de “arquitectura fiscal responsable” tiene que ver con lo de mantener la austeridad y la meta del superávit primario. Meade hace campaña ante los banqueros y las calificadoras y por eso usa es discurso, pero las necesidades de la reconstrucción son del orden de, cuando menos, 10 mil millones de dólares, es decir, unos 180 mil millones de pesos (mdp) y la oferta de 6 mil mdp del Fonden y los 1200 mdp del bono equivalen, efectivamente, a una “aspirina para un dolor de cabeza”.