
Septiembre 29 de 1810: Se sabe en Monterrey de un movimiento insurgente nacido en Dolores, Guanajuato, dirigido por el cura Miguel Hidalgo. La sociedad neoleonesa registró cierta conmoción, sobre todo entre las clases acomodadas, y el gobernador Manuel de Santa María se disponía a enviar tropas para San Luis Potosí, tal como se lo había pedido el intendente militar potosino Félix María Calleja, para combatir a los sublevados. Este gobernador del Nuevo Reino de León -Santa María-, era un español ilustrado que entendía los modernos conceptos de libertad y nacionalismo, pero estaba en principio convencido por su formación disciplinaria castrense, de que ese movimiento revolucionario debía ser combatido ‘a priori’, sin conocer siquiera sus planteamientos ideológicos. Sin embargo, después de que su lugarteniente, el lampacense Juan Ignacio Ramón le informara de las causas que enarbolaban los insurgentes, como la abolición de las castas y de la esclavitud para iniciar una nación independiente y más justa, cambió de parecer.
Adicionalmente, el análisis de Ramón que le hizo llegar a Santa María (proveniente del ingeniero Mariano Jiménez) incluía documentos con el perfil de los dirigentes de este grupo insurgente: “son muy cristianos y los Generales son hombres muy bien criados y muy políticos”… “al nativo del país en nada se le falta; al europeo que se presenta y justifica su honradez no se le mueve… a los hombres buenos y calificados de sus sanos procedimientos no los recogen, y así los dejan con sus esposas e hijas gozando sin quebranto de sus fincas y sus caudales que poseen”. El conocimiento del sustento filosófico de la insurgencia tuvo grandes repercusiones en nuestro Estado, porque el gobernador Manuel de Santa María terminaría siendo un insurgente. Cabe aclarar que la sacudida independentista en todos los territorios españoles se originó en que no había rey, pues Fernando VII era preso por Bonaparte y el virrey de Nueva España, por lo mismo, había dejado de tener legitimidad. El gobernador Santa María fue uno de los cabecillas de la insurgencia detenidos en Coahuila, específicamente en Las Norias de Acatita de Baján, junto a Miguel Hidalgo, Allende, Aldama, Jiménez y cientos más y después fusilado en Chihuahua, pero su condición de origen español le disminuyó sus méritos heroicos, cuando debiera reconocérsele más, porque para el bando contrario era un traidor y así fue tratado por la historia. Los nuevoleoneses y los mexicanos en general tenemos una deuda con Manuel de Santa María.
Fuente: Manuel de Santa María, De Gobernador a Insurgente. Leopoldo Espinosa Benavides. H. Congreso del Estado de Nuevo León, LXXII Legislatura.