23/May/2024
Editoriales

La virilidad de Zapata

El caudillo del sur, Emiliano Zapata, fue un revolucionario fuera de serie. Inteligencia, valor, carisma, y decisión puede ser el sumario de sus virtudes, pero además su vida personal pareciera ser la de un astro cinematográfico joligudense. Se dicen muchas cosas al respecto, como que tuvo 22 mujeres contando a sus dos esposas, y con ellas procreó hijos por toda la región. Dice su biógrafo Jesús Sotelo Inclán, que Zapata estaba casado en 1908 con Luisa Merino cuando conoció –de conocimiento bíblico- a Inés Alfaro o Aguilar a quien raptó para no perder tiempo, elemento que escaseaba en su agenda. Sin embargo, el padre de la joven interpuso una demanda y en tal virtud, Zapata fue obligado a ingresar al ejército. En realidad no encuentro la conexión entre una cosa y la otra, pero así dice este señor biógrafo. En fin, lo interesante es que en ese tiempo supuestamente le levantaron un falso a Zapata diciendo que era homosexual, pues uno que sí lo era, Ignacio de la Torre, yerno del presidente Porfirio Díaz, abogó por él para que fuera asignado como su caballerango en la ciudad de México, en virtud de que estaban celebrándose las fiestas del centenario del país. Y en los últimos años que se han hecho varias obras literarias del famoso revolucionario, corre la especie de nuevo respecto de que entre Zapata y Nacho hubo un romance, pero no está documentada tal versión, o cuando menos nadie la ha dado a conocer. Otros biógrafos de Zapata, como Womack o Soto y Gama, tampoco registran algo de esto. De lo que sí hay documentos probatorios es de que Zapata tuvo mujeres a granel. Nomás con Inés Alfaro tuvo tres hijos (Nicolás Zapata es hijo de ella), Con Josefa Espejo, su segunda esposa, mujer de buena posición económica y originaria de Anenecuilco, a pesar de que su suegro se oponía, casóse con ella aprovechando que su suegro ¡murió! y además con la buena suerte de que don Francisco I. Madero y su esposa Sara andaban en Cuernavaca, por lo que Zapata lo buscó para invitarlo y aquel aceptó ser padrino de su boda el 20 de agosto de 1911. La vida se Emiliano Zapata se desarrolló entre la revolución y las intimidades con cuanta dama pudo, tanto que el 9 de abril de 1919 durante la noche previa a su asesinato, durmió en Tepalcingo con una mujer que no encuentro su nombre, pero se dice que era una de sus espías –halcón, le llamarían actualmente en la jerga del bajo mundo- y ella le avisó que le tenían preparada una celada o puesta una cama ranchera, por lo que le pidió que no fuera a Chinameca al siguiente día, pero Zapata no le hizo caso y fue a entrevistarse con Jesús Guajardo, el judas que trabajaba para Pablo González Garza, quien se dice que urdió un plan para acabar con el gran Emiliano Zapata, consiguiendo su propósito pues al toque de clarín para llamar a honores, desde las azoteas de la famosa hacienda, le dispararon varios franco tiradores y murió.

 

 Sotelo Inclán, Jesús, Raíz y razón de Zapata, México FCE, 1970.

 

Luna Domínguez, Lucino y Escarpullu Limón, Efraín, Anenecuilcayotl. Anenecuilco desconocido, México, 1997.