En la carrera a la alcaldía de Monterrey, Adrián de la Garza ganará porque tiene consolidada desde hace varios años una sólida estructura de apoyo. Aquellos que han estado con él en los momentos buenos y en los no tan buenos son líderes populares, sociales, comerciales y empresariales que continúan contribuyendo y respaldando al candidato del PRI, PAN y PRD. El candidato sabe bien que estos seguidores son leales, constantes y firmes durante toda la batalla electoral.

  El joven abogado ganará porque la simpatía que genera su personalidad supera cualquier decepción entre el electorado. A pesar del desgaste político de haber sido alcalde de Monterrey durante casi 6 años, sigue manteniendo un saldo a favor, como lo demuestran las últimas encuestas públicas que lo sitúan en primer lugar en la mayoría de ellas.

 De la Garza ganará debido a un fuerte voto anti-naranja asociado al partido político del presidente de la República. En más de una ocasión, tanto el presidente como el Gobernador se han apoyado y elogiado mutuamente, lo que los convierte en socios políticos. Este hecho ha calado fuertemente en muchos sectores de la sociedad, generando morbo y decepción.

  Adrián saldrá victorioso de las elecciones porque aquellos que votaron por Morena y Movimiento Ciudadano en 2018 y 2021 están decepcionados por el desempeño gubernamental, caracterizado por promesas como “fosfo-fosfo” y “abrazos no balazos”. Problemas como movilidad, inseguridad, suministro de agua potable, viabilidad, ecología, crisis política, seguridad social, escasez de medicamentos en clínicas y hospitales, narcotráfico, costo de la vida y combustibles, entre otros, son cuestiones nacionales o estatales que los altos mandos naranjas y guindas no han sabido resolver eficientemente.

 El ex procurador ganará porque los ataques que ha recibido, promovidos desde Palacio de Cantera, en lugar de debilitarlo, lo han fortalecido. Como decía el militar y filósofo chino Sun Tzu en su obra “El arte de la guerra”: “Ganará quien sepa cuándo pelear y cuándo no pelear”.

  Adrián ganará porque la prioridad de los ciudadanos de Monterrey es la seguridad pública, y saben que con Adrián de la Garza, la inseguridad disminuirá. Esto es contrario a lo que está sucediendo actualmente en Monterrey y otros municipios del estado, donde la criminalidad aumenta según las últimas cifras de la encuesta nacional de seguridad del INEGI. Los regiomontanos anhelan volver a caminar con sus familias por sus colonias con seguridad y tranquilidad.

  Ganará en el voto de la juventud al sumar nuevos liderazgos, empezando por su hijo, quien está realizando una extraordinaria campaña a favor de su padre. Se sabe que la base de datos de quienes lo respaldan genera autenticidad al estar radicados en Monterrey y no en otras partes de la república.

  De la Garza ganará porque cuenta con una auténtica y leal representación de funcionarios de casilla que darán una dura pelea ante el maquiavelismo de la estructura gubernamental naranja. Además, cuenta con un acertado grupo de abogados expertos en juicios electorales que demostrarán su profesionalismo en las decisiones importantes. Además, el candidato a la alcaldía cuenta con un equipo profesional en su “war-room” del que tiene pleno conocimiento, lo que genera una gran confianza en que tomarán las mejores decisiones en las discrepancias políticas y debates públicos.

  Adrián ganará porque los candidatos de su coalición a diputaciones federales o estatales están unidos y son los mejores cuadros políticos. Han realizado un trabajo político en sus distritos al ser gestores de tiempo completo de los ciudadanos, respondiendo directamente o a través de las redes sociales a diversas demandas sociales más apremiantes. Esto confirma que son sensibles a las necesidades populares y no son candidatos improvisados.

  Adrián de la Garza Santos ganará porque los ciudadanos están hartos y decepcionados de Samuel García, un Gobernador que pudo haber hecho historia contribuyendo al progreso social y económico del estado. Sin embargo, su gestión política y administrativa lo llevó a la perdición, siendo recordado por sus gobernados como alguien frívolo, prepotente, insensible, ruin, traidor, mañoso y corrupto.

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