28/Apr/2024
Editoriales

Los alcaldes de Monterrey. Parte décima octava

José Joaquín de Mier Noriega, Alcalde Primero. Primer periodo 1755,

 

En el número anterior de esta serie supimos que Joseph Joaquín de Mier Noriega o José Joaquín de Mier Noriega, nacido en el Monterrey de 1715, fue alcalde segundo. Apuntamos que su padre había sido escribano de varios gobernadores del Nuevo Reino de León, lo cual colocaba a su familia en la elite criolla que ejercía cargos gubernamentales.   

 

Porque ser escribano cuando en el Imperio español sólo el 11% de la población sabía leer, y entre el 6 y el 7% podía leer y escribir, era un privilegio. Así que Joseph Joaquín de Mier Noriega pudo irse a estudiar en 1731 Derecho Canónigo y Filosofía al colegio de San José de los Jesuitas en Guadalajara.

 

Se casa De Mier Noriega en Guadalajara e inicia su vida pública en Monterrey

En la Perla de Occidente casó con María Carrillo en 1740 y regresó a Monterrey iniciándose en el servicio público. Obtuvo en base a su capacidad varios cargos en el cabildo, como mayordomo -tesorero-, regidor y alcalde (primero y segundo). Su prestigio creció al grado de que, posteriormente en el lapso de 1773 a 1789, ocupó varias veces el cargo de gobernador y teniente de gobernador -segundo cargo en el Reino-.

 

El caso es que en 1755 fue electo Alcalde Primero de la Ciudad, puesto que ejercería en varias ocasiones. Al mismo tiempo, fue electo en esa administración municipal, como alcalde segundo Juan Esteban de Monzón, un vecino de la Ciudad que se dedicaba al comercio. 

 

Veamos el acta de su elección, en la que se repite el título de ‘nobilísima ciudad’

 

“En nombre de Dios Todopoderoso, amén. En la ciudad de Nuestra Señora de Monterrey, capital deste Nuevo Reyno de León, en primero día del mes de enero de mil setecientos cincuenta y cinco años, habiéndose juntado los señores Capitulares desta nobilísima ciudad según ha sido costumbre, es a saber el muy ilustre señor Gobernador y capitán General deste Reyno Don Pedro de Barrio Junco y Espriella Presidente, el señor General Don Domingo Miguel Guajardo Alférez Real y Regidor Perpetuo, el señor Don Joseph Alejandro Muñoz de Herrera Alcalde Provincial de la Santa Hermandad y Regidor Perpetuo, únicos Capitulares de que se compone este ilustre Ayuntamiento para efecto de hacer canónica elección de alcaldes ordinarios… (eligen)… al capitán Don Joseph Joaquín de Mier Noriega y de segundo voto a Don Juan Esteban de Monzón vecinos y del comercio de esta capital”

 

Apoya el alcalde De Mier Noriega el establecimiento de una Capellanía

En el ejercicio de su cargo, Mier Noriega autorizó un predio para el establecimiento de una Capellanía, es decir, una pequeña capilla o ermita en donde se oficiaba misa ciertos días, para la atención de poblaciones alejadas. Estos servicios religiosos generalmente se sostenían con tierras y dineros donados por fieles, y esas tierras se arrendaban para sostener la Capellanía. 

 

Cuál era la posible ubicación de esta ermita

Las capellanías y las misiones fueron elementos coadyuvantes para que la Iglesia se convirtiera en el gran terrateniente de México. Esta Capellanía debió instalarse en “Las espalas” es decir, la tierra suelta que rodea un pantano, posiblemente el que estaba entre la actual alameda Mariano Escobedo y la Avenida Constitución, cercano al actual Templo de San José. La mujer piadosa que creó esta capellanía era la madre del clérigo y aportaba 4 mil pesos en oro para su fundación, mientras el alcalde dio en Merced las tierras.

 

 

“Doña Josefa Francisca Cantú del Río y la Cerda, viuda del Gral. Francisco Ignacio de Larralde y vecina de esta Ciudad, hace fundación de una capellanía sobre el principal de 4,000 pesos, cuyos réditos, al cinco por ciento anual, en reales, al contado, se han de pagar al Bachiller Francisco Antonio de Larralde, su hijo, Clérigo Diácono de este obispado de Guadalajara, y vecino de Monterrey para la "congrua y sustentación de su estado". Impone el capital sobre los agostaderos de San José, las Espalas y "otro que se halla contiguo al de San José"

 

Impulsa el alcalde De Mier Noriega la agricultura del actual San Pedro Garza García

También durante este año, Mier Noriega impulsó la agricultura de San Pedro de los Nogales -hoy San Pedro Garza García- mediante el aumento de accionistas, es decir, de labradores que trabajaban en conjunto una tierra que era propiedad de la Ciudad:

 

“Autos sobre la representación por Don Francisco Miguel Dávila, solicitando las medidas de tierras de Don Francisco Miguel Dávila, solicitando las medidas de tierras de San Pedro de los Nogales para repartirse entre él y demás accionistas.”

 

José Joaquín de Mier Noriega continuó ocupando diversos cargos burocráticos entre ellos el de Teniente del Gobernador, es decir su brazo ejecutor y sustituto.

 

 

Juan Esteban de Monzón, Alcalde Segundo. 1755

 

De familia originaria de Zacatecas y dedicado al comercio, Juan Esteban de Monzón fue electo para este año como Alcalde Segundo. En su desempeño como ‘alcalde del crimen’ llevó el peso de algunos juicios como éste que escuetamente describe un litigio:

 

“Con motivo del litigio entre José Adriano de la Garza y Salvador González Hidalgo”

 

De Monzón se desconocen más datos de su vida y la fecha de su muerte 

 

 

 

José Joaquín de Mier Noriega, Alcalde Primero. Segundo Periodo, 1763

Sigue repitiéndose el uso del adjetivo ‘nobilísima’ para la ciudad

 

Pasaron ocho años, y el año de 1763 resultó electo de nuevo José Joaquín de Mier Noriega como alcalde primero y ahora correspondió a Joseph García de Ebia, ser el alcalde segundo. Se repite el uso del adjetivo ‘nobilísima’ para la ciudad:

 

“En nombre de Dios Todopoderoso, de la Santísima Virgen Nuestra Señora María Santa María Santísima, concebida sin culpa original, amén = En la ciudad de Nuestra Señora de Monterrey, capital de este Nuevo reyno de León, en primero día del mes de enero de mil setecientos sesenta y tres años, el muy ilustre Cabildo de esta dicha ciudad habiéndose congregado como ha sido loable costumbre que en la actualidad lo componen el General Don Antonio de Urresti Alguacil Mayor del Santo Oficio de la Inquisición y su Notario Sargento Mayor de las compañías milicianas de este reyno Vicegobernador y capitán General de él por el excelentísimo señor Virrey de esta Nueva España y Don Joseph Alejandro Muñoz de Herrera Regidor Perpetuo y Alcalde Provincial, para efecto de las elecciones que anualmente según costumbre establecida se hace por dichos señores estando en el regio y protribunal, votó… por alcalde de ordinario de primer voto de esta nobilísima ciudad a Don Joaquín de Mier y Noriega y para el segundo a Don Joseph García de Ebia”

 

Llega la noticia de que ganamos una guerra contra Inglaterra 

y el alcalde De Mier Noriega lo festeja

Iniciando este periodo gubernamental se recibió en la ciudad de Monterrey la buena noticia de que había terminado la Guerra de los Siete Años con una victoria de la alianza España y Francia contra las fuerzas unidas de Portugal e Inglaterra. Esto representó para los reineros (y todos los habitantes del Imperio Español) la reducción del impuesto de Guerra, a De Mier Noriega le tocó participar en las celebraciones de la victoria, con misa, discursos y festividades públicas.

 

 

“Bandos, Don Jochin Monserrat, por quanto fe hallan convenidos fegun Ordenes de S. M. de ocho de Diciembre proximo, en la Corte de Efpaña, los Artículos Preeliminares de Paz, celebrados en Fonteneblaú, á tres de Noviembre antecedente, por los refpectivos Miniftros Plenipotenciarios de fus Mageftades Catholica, Chriftianiffima, y Britanica. (sic) En la parte posterior un escrito que dice. Por haber celebrado las pases las majestades cristianisima. (SIC) Firmas de joseph de Gorraez. y Marqués de Cruíllas.”

 

Encarga la jerarquía eclesiástica al alcalde De Mier Noriega su mediación 

en un conflicto Iglesia - Estado

Inusualmente, el Deán (decano) de la Catedral de Guadalajara -que entonces no tenía obispo-, mandó al alcalde de Monterrey, De Mier Noriega, a mediar entre el bachiller José Báez Treviño, Vicario y Juez Eclesiástico sustituto de Monterrey (párroco provisional), y el gobernador del Nuevo Reino de León, Carlos de Velazco. 

 

Esto porque durante la Misa de Corpus Christi, el sacerdote se negó a darle “La Paz” (parte de la misa en la que los feligreses se estrechan las manos, se abrazan o se dan un signo de solidaridad deseándose mutuamente que tengan La Paz que Cristo ofrece) al gobernador, lo que se consideró una ofensa pública.

 

La instrucción incluye que públicamente cualquier sacerdote “con sobrepelliz y estola” es decir con vestiduras sacerdotales (no simple sotana o hábito) dé en público La Paz al gobernador. No hay noticia de que el alcalde De Mier Noriega cumpliera esta encomienda.

 

“Al Cabildo de Monterrey.- Decreto del Deán y Cabildo sede vacante de la Catedral de Guadalajara, mandado que se cumpla con el decreto de 20 de Enero 1756 del Obispo Martínez de Tejada en el sentido de que "en las funciones de tabla que ocurriesen en la iglesia parroquial de Monterrey, se ministrase la paz al Sr. Gobernador y Capitán General, por un sacerdote con sobrepellís y estola; y no habiéndolo, por el sacristán..."Motiva este decreto el envío que hizo el Br. José Báez Treviño, Vicario y Juez Eclesiástico sustituto de esta Ciudad, sobre el escándalo suscitado por el Bachiller Pedro José de Esparza, Clérigo Presbítero de este Obispado y Teniente de Cura de esta Ciudad, al negarse a dar la paz al Gobernador el día de la festividad de Corpus Christi. El decreto manda, además, que el Bachiller Esparza "luego inconveniente pase a dar satisfacción de su hecho a dicho señor Gobernador" y al Vicario y Juez Eclesiástico.”

 

En su calidad de juez, el alcalde De Mier Noriega llevó también diversos casos comunes como ésta demanda relacionada con una deuda civil:

 

“Demanda puesta por don Ignacio Treviño contra el capitán don Marcos de Escamilla por cantidad de pesos”

 

 

Junto a De Mier Noriega, Joseph García de Ebia, fue electo Alcalde Segundo 1763

 

Joseph García de Ebia (luego escrito Evia) nacido en lo que hoy es Salinas Victoria, considerado el patriarca de otra destacada familia regiomontana, fue electo Alcalde Segundo. Hijo de Joseph García de Evia (homónimo) que había llegado al Nuevo Reino de León migrando de Asturias para dedicarse a la minería, y ya para la segunda generación los suyos habían obtenido prestigio como para ocupar la alcaldía segunda. A partir de entonces, su familia se mantendría en la elite política hasta mediados del siglo XIX y continúa siendo una familia respetable y respetada.

 

Entre las actividades de García de Evia como ‘juez del crimen’ destaca la investigación para identificar y localizar los bandidos que atacaban en Cadereyta y vivían en la comarca de Monterrey:

 

“Comprende las diligencias en la averiguación de una partida de ladrones que llegaron a la casa de Luis de la Viña, vecino de Cadereyta.”

 

También le tocó ventilar el juicio relativo a un crimen motivado por “un triángulo amoroso”, donde amante y esposa matan al marido.

 

“Contra Eufrasio de Jesús Rodríguez y Felipa Redonda, por haber dado muerte a Manuel Guerrero, marido de ésta.”

 

Y como ejemplo, veamos este otro juicio contra un sujeto que golpeó a un hijo ajeno:

 

“Querella de doña Ana Cisneros, mujer de don Manuel de la Garza, contra don Nicolás Elizondo, por haberle azotado a un hijo suyo.”

 

 

 

José Joaquín de Mier Noriega, Alcalde Primero, Tercer Periodo. 1773

 

Una década después, José Joaquín de Mier y Noriega fue electo por tercera ocasión alcalde primero, y al mismo tiempo, se eligió a Joseph Vicente Lozano como alcalde segundo:

 

“En la ciudad de Nuestra Señora de Monterrey, capital del Nuevo reyno de León, en primero del mes de enero de mil setecientos setenta y tres años, habiéndose congregado los señores Capitulares de esta muy noble ciudad como ha sido costumbre… en el capitán Don Joseph Joaquín de Mier Noriega vecino republicano de esta ciudad lo votaba y votó por alcalde ordinario de primero voto y por de segundo a Don Joseph Vicente Lozano”

 

Manotazo en el escritorio: ¡a cambiar las monedas antiguas por nuevas!

Ante la desidia de la población y, como siempre, el miedo al cambio de moneda, llegó un recordatorio de ejecutar la orden que circulaba desde 1552 (21 años antes) de cambiar las monedas antiguas por las modernas, mencionadas en el artículo anterior de esta serie. 

 

“FREY D. ANTONIO MARIA BUCARELI, POR QUANTO EN DEBIDO CUMPLIMIENTO DE LA REAL Ordenanza expedida por S. M. con fecha de diez y ocho de Marzo de mil setecientos setenta y uno para la estampa de moneda nueva, cambio y recolección de las antiguas, mandé publicar el Vando de ocho de Abril del año siguiente, previniendo que todas las personas que se hallasen con moneda circular de la antigua fábrica, ocurriesen a cambiarla en la Real Caja de esta Capital dentro de un año contado desde el dia primero de Julio del ultimo ya citado, que el de la publicacion general del expresado Vando, en inteligencia de que se les entregaria igual cantidad á la que introdujesen sin descuento alguno, siempre que la moneda antigua que cambiasen, tuviera el mismo peso, que cuando salió de dicha Real Casa, pues estando disminuido, solamente se le rebajaría el valor extrínseco correspondiente á la diminución, que se verificara en dicho peso Que pasado el termino prefinido, tan solo se pagaría dicha antigua Moneda por el valor intrinseco de la Plata que pesase como si fuera pasta, sin sujetarla á afinacion, ensaye ni otro costo alguno. En el lado posterior del ejemplar 1o. un escrito que dice: Año de 1773, Sobre cambio de Moneda antigua por nueva. Abril 26. y este ejemplar si tiene firma. En el 2o. ejemplar en el mismo lado posterior otro escrito que dyce: Mexico, 26 de Abril, 1773. Vando promulgado en ésta capital en dicho dia, prorrogando hasta fin de sep. de 1774, el que corra la Moneda antigua. Este ejemplar en su lado uno no tiene firma ni dia ni mes. (sic)”

 

Una parte del tiempo laboral del ayuntamiento se utilizaba para 

el proceso de administración  de tierras propiedad del clero.

Ya explicamos que había terrenos otorgados a la Iglesia Católica para arrendar y sostener el culto. El ayuntamiento, por conducto del alcalde primero, autorizaba los arrendamientos,  luego los cobraba -incluso litigiosamente- y enteraba el dinero a la Iglesia. Veamos el arrendamiento de las tierras de “la virgen María Ntra. Sra. en su advocación de su Concepción Inmaculada, que se venera en la parroquial de esta Capital":

 

“El Gral. José Salvador Lozano, vecino y del comercio de esta Ciudad, se obliga a pagar a "la virgen María Ntra. Sra. en su advocación de su Concepción Inmaculada, que se venera en la parroquial de esta Capital", 540 pesos 4 reales, al 5 por ciento anual, a voluntad del Teniente Coronel de don Melchor Vidal de Lorca y Villena, Gobernador y Comandante General de este Reino y sus sucesores, ‘como patronos de los intereses destinados desde la fundación de esta Ciudad, al culto y ornato de Ntra. Señora’. Ante José Joaquín de Mier Noriega, Alcalde Ordinario de primer voto. Testigos, José Miguel Cantú del Río y la Cerda, José Joaquín Canales y Luis de la Serna y Alarcón. De asistencia, José Antonio de la Garza y Francisco de Cuevas”

 

Luchaba el alcalde De Mier Noriega contra la poligamia

Al alcalde De Mier Noriega le tocó también una complicada orden proveniente de la audiencia de México: evitar que los casados en España u otras posesiones hispánicas contrajeran un nuevo matrimonio ilegal en el Nuevo Reino de León. 

 

Los criollos y nativos no tenían problemas; los del problema eran los recién llegados de otros reinos y quienes habían regresado a la Metrópoli y vuelto a ultramar. Esto retrasaba los matrimonios pues las amonestaciones matrimoniales viajaban de América a Europa para comprobar que no hubiera matrimonio previo; y cuando llegaban las correspondencias el alcalde las revisaba antes de distribuirlas:

 

“EL PRESIDENTE, Y ALCALDES DEL CRIMEN de la Audiencia Real de esta Nueva-España. Por quanto son notorios á la Real Sala, por multitud de Procesos, influencias, y clamores de las Mugeres interesadas, y otras seguras noticias, los fraudalentos Artes, con que los Casados en España, residentes, y esparcidos en este Reyno, frustran la execucion de las Leyes; y el olvido, y abandono con que generalmente miran las Justicias de las Ciudades, Villas, y Lugares los estrechos encargos, que les hacen, y están obligados en conciencia á desempeñar; pues prevalidos de las distancias, no solo disimulan, sino, que protegen á los Casados ausentes, que olvidados de sus principales obligaciones ázia sus Mugeres, y familias, se entregan por experiencia, que se tiene, á los Concubinatos, mancebamientos, y otros vicios en los que dexan envejecer, é inutilizarse de dia en dia para el regreso, y union de sus Matrimonios. En la parte posterior de uno de los tres ejemplares, un escrito que dice: Sobre Casados en España, y desamparan á sus familias. (sic)”

 

Aplicaba el alcalde De Mier Noriega las normas oficiales de pesos y medidas

El alcalde De Mier Noriega fue celoso de sus obligaciones y ventilaba todos los asuntos comunes de su responsabilidad, como éste relacionado con pesos y medidas:

 

“Instancia promovida por Juan Ascencio Artunduaga contra Isidro, sobre pesos.”

 

Finalmente, Don Joseph Joaquín de Mier Noriega, ex alcalde de Monterrey y ex gobernador del Nuevo Reino de León, sustituto en 1773, 1780, y 1787. Gobernador provisional en 1782 y gobernador titular de 1785 a 1789. Bisabuelo de nuestro fray Servando Teresa de Mier y Noriega, murió en 1782 – a los 67 años de edad- y fue sepultado en la Catedral de Monterrey.

 

 

Joseph Vicente Lozano, Alcalde Segundo. 1773

 

De una familia oriunda de Zaragoza, España, Joseph Vicente Lozano nació en Higueras. Se le reconocía por su léxico, pues aunque era ya la cuarta generación nacida en el Nuevo Reino de León, conservaba parte de su vocabulario aragonés. Se dedicaba a la cría de ganado menor y, en combate contra los indios, alcanzó el grado de Sargento Mayor; uno de los cargos militares más altos que podían conseguirse fuera de la comarca de Monterrey.

 

Entre sus principales asuntos fue la noticia del gobernador de Coahuila, Manuel Francisco Saavedra, diciendo que tenía preso a uno de los asesinos de un “guajaqueño” mientras que otro cómplice estaba preso en Monterrey. No había “extradición” entre provincias, a menos de que el crimen fuera contra la Corona, por lo que cada juicio se llevaba independiente con intercambio de copias de las declaraciones y otros actos judiciales.

 

“Oficio enviado por Manuel Francisco Saavedra al Gobernador y Capitán General, Francisco de Echegaray, en donde le comunica que se encuentra encarcelado un indio llamado Francisco, de la nación de los "guajolotes", quien dicen es hijo de Juan Ignacio que se halla preso en esa ciudad en consorcio de los otros y así mismo dicen ser uno de los principales que mataron al guajuqueño”

 

Se desconoce la fecha de la muerte de Joseph Vicente Lozano.

 

Coincide el nacimiento de dos dinastías

Es interesante ver el inicio de dos dinastías que marcarían en buena medida el destino de nuestro estado y de la nación. Esta fracción de nuestra historia es ilustrativa de las peripecias que pasaban los alcaldes durante los grandes cambios en la administración del Imperio, que en este tiempo trataba de modernizar sus expresiones de gobierno en todo el territorio, para evitar la bigamia, concretar la sustitución de moneda, celebrar una victoria militar, y promocionar la fe.

Continuará…

 

FUENTES

ARCHIVOS HISTÓRICOS DE MONTERREY 

COLECCIÓN CIVIL

VOLUMEN 84 EXPEDIENTE 2

VOLUMEN 82 EXPEDIENTE 10

VOLUMEN 78 EXPEDIENTE 7

VOLUMEN 92 EXPEDIENTE 11

VOLUMEN 94 EXPEDIENTE 12

VOLUMEN 104 EXPEDIENTE 8

COLECCIÓN BANDÓS

VOLUMEN 5 EXPEDIENTE 1 FOLIO 13

VOLUMEN 2 EXPEDIENTE 1 

VOLUMEN 2 EXPEDIENTE 23

CAUSA CRIMINAL

VOLUMEN 92 EXPEDIENTE  3

VOLUMEN 18 EXPEDIENTE 288

VOLUMEN 16 EXPEDIENTE 289

COLECCIÓN PROTOCOLOS 

VOLUMEN 17 EXPEDIENTE  1 FOLIO 321 no 43

COLECCIÓN MISCELÁNEA

VOLUMEN 18 EXPEDIENTE 3 FOLIO 5

 

https://elregio.com/Noticia/4623a452-04d5-41d9-8f8b-90d456f3c4c1